Las marionetas marginadas también tienen su propio circo (GALERÍA)

UNO

Ésta —además de fascinante— parecería ser una historia fácil de contar, pero lo cierto es que está llena de magia, y entonces todo cambia. Para ello es necesario despojarse de toda traba inherente a la adultez y dejarse llenar, únicamente, por el entendimiento que otorga la imaginación y los sentidos.

El niño vuela porque nadie le ha dicho que no puede volar, y de eso, precisamente, están nutridas estas marionetas. —Los límites los impone uno, parecerían decirnos; y entonces pienso en cómo un ser de madera, en ocasiones, genera más sensibilidad que muchos otros de carne y hueso.

DOS

Estoy sentada frente a un escenario donde dos seres vestidos de negro, un hombre y una mujer, mueven los hilos de otros dos seres que poseen un carisma que atrapa. Bajo las luces, los cuatro están vivos.

Entonces vuelven las palabras de ese otro gran titiritero que es Fernando Moncayo, fundador del grupo La Rana Sabia, cuando hace poco decía que su trabajo parte de un pensamiento chino antiquísimo para teatro, titulado La flor de la interpretación. Fernando decía: “Donde va la mano va el objeto, donde va el objeto va la mirada, donde va la mirada ahí está el espíritu”. Puedes tener el muñeco más bello, incluso el mejor texto, pero si no le das espíritu a ese títere, nunca dirá nada”.

TRES

Todo lo anterior, los titiriteros de S.O.S Titelles lo tienen claro.

El elenco está formado por cuatro marionetistas provenientes de Europa (uno de País Vasco, dos de Barcelona y una de Italia) que, en 2008, decidieron crear la Asociación y Laboratorio Ambulante de Títeres y Titiriteros, junto con una serie de obras para ser montadas en los más diversos rincones de América.

No fue fácil, y en ello radica su logro. Trabajaron mucho, cruzaron el océano y llegaron hasta San Francisco, California, donde encontraron la mejor oferta para lo que andaban buscando: un autobús escolar al que más tarde, en la ciudad de Oaxaca, México, lo acabaron transformando en lo que actualmente es: un taller itinerante que ha viajado por todo el continente llevando magia.

CUATRO

De aldea en aldea,/ el viento lo lleva/ siguiendo el sendero./ Su patria es el mundo./ como un vagabundo/ va el titiritero. Así les canta Joan Manuel Serrat a esa estirpe de errantes, capaces de dar vida a los más inimaginables muñecos.

Dentro de las propuestas con la que actualmente S.O.S Titelles trabaja, se encuentran tres obras: Heliogábalo o el anarquista coronado, un ensayo escrito por Antonin Artaud, en 1934, sobre el emperador romano Heliogábalo, quien asumiera el trono con 14 años y fuera asesinado 4 años después; la oveja negra del imperio al estar siempre en contra de los aspectos políticamente correctos.

La segunda obra: Cabaret Ambulante: sin piernas y a lo loco, con una serie de personajes como El Señor Pere, un adorable abuelo escapado del geriátrico que no tiene miedo de bailar con la mismísima muerte.

Y finalmente: Para-Circo. El primer circo escrito, producido y dirigido por marionetas con discapacidad, o mejor dicho: con capacidades especiales. Alrededor de 15 marionetas ciegas, cojas, enanas y autistas ofrecen al público 45 minutos de diversión; pero una diversión que no deja de remover la lógica de la sociedad y, sobre todo, le dice a cada uno de los niños —chicos y grandes— una verdad ineludible: Aquí estamos, existimos.

CINCO

¿Pero cómo surgió la idea del Para-Circo?

Marieta Rojo, una de las integrantes del grupo (quien en esta obra se encarga de la producción) cuenta que las marionetas inicialmente fueron concebidas para un cortometraje que trataba sobre las minas antipersonas (un tipo de minas terrestres, diseñadas para matar o incapacitar a sus víctimas). Sin embargo, una vez terminada la película las marionetas quedaron arrinconadas hasta que un día decidieron organizarse. “Estaban hartas de que nadie les diese bola porque tenían algún defecto físico; entonces se dieron cuenta de que tenían muchas capacidades, y como estaban olvidadas, decidieron hacer este espectáculo pensado por ellas mismas”.

Es el segundo domingo de enero de este nuevo año, y Marieta repite esta historia, una vez más, con el cariño y convicción de quien ha trabajado, vivido y viajado miles de kilómetros, a su lado.

SEIS

Carlos López y Cristina Robledillo son quienes dan vida a todo el personal del circo. Ambos se conocieron en el Taller de Marionetas de su admirado maestro Pepe Otal, en Barcelona. Carlos se encarga de la confección de las marionetas, mientras que Cristina se ocupa del vestuario.

“Uso madera y le doy el peso justo, comenta Carlos, porque juego con la inercia. Mi único contacto con ellas son los hilos, que pueden ser entre 9 y 14. Se necesita mucha precisión”.

Le pregunto si siente alguna predilección por alguna de las marionetas. “Es difícil, responde, es como si a un padre le preguntaran cuál es su hijo favorito; sin embargo, podría decir que por Julito tengo un cariño muy especial, quizá porque todo empezó con él; es un personaje al que le pusimos las muletas y vimos que podíamos hacer muchas cosas. Nos dio la pista para todos los demás”.

Cristina, por su parte, cuenta que esta obra nació jugando. “No sabíamos qué hacer con ellas luego del corto, entonces las sacamos al patio y nos pusimos a jugar con ellas, libremente, sin pensar si estaba bien o mal, y así surgían rasgos, personalidades, diálogos”.

Cristina, además de titiritera, trabajó un tiempo con personas autistas. “Me daba cuenta de que tenían un potencial artístico increíble. Lo que pasa es que no cuadran con los estándares de la sociedad. De manera que el problema no son ellos sino cómo está pensada la sociedad. Este circo, de alguna forma, apunta también a derribar eso”.

SIETE

Las luces se encienden. El presentador anuncia el espectáculo. No han pasado ni tres minutos y todo el público tiene la boca entreabierta, propensa a la risa. En adelante todo transcurre como si fuese el sueño de algún viejo cirquero, irreverente y arriesgado. Personajes singulares, diálogos filudos, escenas surrealistas. Los anunciadores oficiales del circo son Noel, un payaso ciego, y Nina, una exreportera que quedó tuerta y con una pierna amputada. Enseguida aparecen, uno tras otro, los integrantes del circo: Julito, el niño que hace acrobacias con sus muletas; La Xula, la flamenca biónica; Lola, la mentalista autista; un domador de bichos exóticos, y varios animales y montrillos diestros en la música. Suena Erik Satie con un aire psicodélico y una ventana se abre con peces de colores y elefantes acuáticos bailando por igual. 45 minutos llenos de esa lógica-ilógica que encierra el verdadero arte.

Las lucen se apagan.

Detrás del escenario, Carlos y Cristina arreglan las marionetas; mientras lo hacen, siguen hablando y riendo con ellas. En efecto, pienso, para quienes siguen siendo niños la verdadera función nunca termina.

Datos

‘S.O.S Titelles’ es una asociación de protección a los títeres abandonados y maltratados ubicada en Sabadell (Barcelona). Entidad colaboradora de la casa taller de marionetas de Pepe Otal.

Actualmente, el grupo - laboratorio titirinante está conformado por cuatro marionetistas: Carlos López, Marieta Rojo, Cristina Robledillo y Laura Galli.

Su última función en Ecuador será mañana, a las 12:30, en el Titiriteatro de la Rana Sabia (Sanjaloma, 1 kilómetro antes de La Merced, Valle de los Chillos). Entrada: $5.

Piensan llegar hasta el sur del continente.