La compañía catalana Els Comediants se toma la calle cada vez que puede en cualquier ciudad del mundo. Arman un pregón e invitan a los niños locales a pintar una historia, como sucedió la tarde de ayer en Loja como parte del Festival Internacional de Artes Vivas (FIAVL).

Juntos pintaron el mar, las casas del señor chaparrito y a sus amigos, los señores fideos, y representaron los conflictos que hay por la Tierra en una plaza pública.

Los siete actores, de distintas generaciones, que integran esta agrupación viven a 50 kilómetros de Barcelona, muy cerca del bosque en el cual se adentran para construir sus propios movimientos y escenarios. A pesar de que su nación está en conflicto por su independencia y con mucha gente presa, ellos no dejan la fiesta.

“Creemos que, sin ser muy crudos y de una forma poética, se puede suscitar la sonrisa y hablar de la política de lo cotidiano. Lo hacemos de la manera en que pensó Ramón Llull, quien a pesar de que te muestra un mundo animal con sus fábulas te está diciendo que esos animales eres tú”, dice Jaume Bernadet, director de dicha compañía antes de empezar una función infantil en Loja.

Bernadet estuvo preso a finales del franquismo. Cuando tenía 17 años y empezaba la universidad protestó en contra de la condena a garrote vil que enfrentó un luchador anarquista por la libertad del pueblo catalán y la recuperación de la lengua. Siendo menor de edad lo llevaron a una prisión de mayores y tuvo un juicio militar del cual fue absuelto porque alguien cometió un error en una de las fechas escritas.

Cree que ahora mismo en España hay varios modos en que se replican el franquismo, sobre todo tras el referéndum por la independencia. Su compañía milita en contra de los políticos que vuelven a los ciudadanos figurantes y deciden por ellos como monigotes. En la inauguración del FIAVL estrenaron la obra Zibaldone, una palabra que recoge varias fiestas tradicionales del Mediterráneo. Entre los distintos actos de la obra se tomaron las fábulas de Llull como un homenaje. Esta fue la primera vez que tomaron un texto de otro para representarlo, pues su trabajo se construye siempre de investigaciones propias.

Entre los actos hubo una sesión de la ONU y personajes con caretas cuyos rostros se confunden con los de políticos reales. Las marionetas se pelean entre ellas, arman complots y deciden sobre el mundo. Con sus banderines de colores delimitan sus territorios y, al final, todos están atados de una misma cuerda.

“A veces nos parece que la ONU es una especie de guiñol porque no se ponen de acuerdo. Con esto se pasan por el forro tratados, cambian presidentes, hacen barreras... Ahora mismo pretenden hacer muros y muros, y tú que eres el pobre mortal, el figurante, ves cómo estos movimientos repentinos y cambiantes afectan al planeta. Lo ridiculizamos porque realmente parecen monigotes cambiando de opinión”, dice Bernadet.

A pesar de toda la represión y los conflictos que enfrenta el mundo, “el sentido de fiesta no lo podemos perder”, dice el director. La compañía, desde hace más de 40 años, trabaja en la indagación de manifestaciones culturales que se coinciden en distintos territorios.

“Hay manifestaciones culturales, como el carnaval, que siempre han sido una ridiculización del poder establecido. El simple hecho de actuar en la calle es transgresor porque cuando el pueblo toma la calle, el poder tiene miedo. Los actores ayudamos a las personas a estar en la calle y el poder no puede dirigirlo”, dice Bernadet.

La compañía catalana inauguró el FIAVL con un pregón en los bajos del Teatro Nacional Benjamín Carrión. Allí, Jaume Bernadet tocó el estómago de un dragón mientras el resto de actores de Els Comediants recorría el teatro para alistar al público en la primera llamada.

En la segunda el pregón pasó al escenario con una luna que le hacía guiños a la de Georges Mèliès. La función empezó con los discursos. En el suyo, el ministro de Cultura y Patrimonio, Raúl Pérez Torres, habló de las cruces sobre el agua, de la masacre obrera del 15 de noviembre de 1922 y de los logros que en “poco tiempo ha tenido este Gobierno”. El alcalde de Loja, Bolívar Castillo, hizo alusión a las críticas que enfrenta aún el FIAVL por ser la ciudad sede y tener un financiamiento estatal que no tienen otros festivales del país. Con esto, se trata de “decirle al mundo que basta de murallas, que el mundo es diverso y es buenísimo”.

El presidente Lenín Moreno, quien recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde Bolívar Castillo, dijo que “este es sin duda el mayor evento de artes escénicas del país. La inversión en cultura es lo mejor que un país puede hacer”. (I)

Inauguración

Compromisos

→En su discurso, el presidente Lenín Moreno se comprometió a darle continuidad al encuentro. Este festival de artes escénicas “tiene historia para rato con apoyo del Gobierno Nacional”, recalcó durante la inauguración. (I)

7 actores  integran Els Comediants, una  agrupación que  vive a 50 km de Barcelona. (I)

Primer llamado

→La compañía catalana inauguró el FIAVL con un pregón en los bajos del Teatro Nacional Benjamín Carrión. Allí, Jaume Bernadet, el director, tocó sobre el estómago de un dragón. (I)