La Sinfónica Juvenil enseña valores a través de la música
El 19 de mayo, el Centro Cultural Libertador Simón Bolívar acogió la reunión de intercambio de experiencias de cada uno de los programas y sistemas de orquestas infanto-juveniles de los países andinos, parte de las Jornadas de Participación Ciudadana, organizadas por la Secretaría General de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Gobierno Nacional. En esa reunión el maestro Patricio Aizaga, de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador (Fosje)/Sinfonía por la vida fue un anfitrión.
Aizaga reconoce que el eje de la CAN en ese evento era el desarrollo social y para él y los demás directores era un honor que se incluyera el tema de las orquestas infantiles y juveniles, ya que gracias a la visión del maestro José Antonio Abreu, mentor de este proceso en Venezuela, hay una nueva concepción de que el arte se convierte en un importantísimo factor educativo, a través del cual niños y jóvenes de escasos recursos pueden visionar un nuevo camino de vida.
Para Aizaga, se tiene en este momento un círculo completo en Ecuador. Un magnífico funcionamiento con una orquesta madre que es la Filarmónica de Docentes de la Juventud Ecuatoriana, que era la primera Sinfónica Juvenil del Ecuador instituida por la Fosje, en la cual se tiene a jóvenes de la mayor parte de provincias del país. Sinfonía por la vida es un brazo de la Fosje, mentalizado por la economista María del Carmen Araujo y coordinado por Eudoxia Tello, que aspira a gestionar un apoyo importante de empresas, de gobiernos locales, de personas naturales y Gobierno Nacional, ya que la fundación es parte del Ministerio de Educación y posee apoyo de los ministerios de Inclusión Económica y Social y de Cultura.
Bernarda Holguín está encargada de la parte coral, que tiene a su haber la enseñanza de 400 niños en zonas deprimidas del sur de Quito. Indica que iniciaron en 2004 inspirados en el mismo sistema de acción social por la música, cuya alma máter está en Venezuela y que se ha cristalizado en Ecuador desde hace 15 años en lo orquestal. Se ha crecido a nivel local y, como la Fosje, se ha expandido en Guayaquil y Esmeraldas.
Holguín ve interesante el proceso social porque en el sur de Quito se encuentran las zonas más vulnerables de un estrato socioeconómico de nivel bajo con un índice altísimo de problemas sociales. Se han acercado directamente creando y fortaleciendo los núcleos de coro que producen ciudadanos de bien.
En Esmeraldas está por iniciarse la parte coral, mientras en Guayaquil ya se cuenta con el apoyo de José Criollo, quien trabaja con 120 niños para que luego Holguín visite cada sede y se consolide el trabajo. En casi 8 años se debe haber trabajado con más de 3.000 niños, incluido el Coro Juvenil de 22 integrantes que se prepara en dirección coral.
