Gorras con insignias y tallas anchas vestían las decenas de raperos que ayer se encontraron en la Plaza de Santo Domingo en un concierto dedicado a recordar a Eloy Alfaro.

Luego de que uno de los sacerdotes dominicos amenazara con cortar la corriente eléctrica si el sonidista no bajaba el volumen de los equipos,  el evento fluyó. Alrededor de trescientos asistentes alzaban sus manos al ritmo de la música que los 77 Seven tocaban sobre la tarima.

También el reggae estaba presente en ciertos arreglos musicales y en varios atuendos: camisetas con el rostro del jamaiquino Bob Marley, rastas y los colores de la cultura rastafari pintaban algunas vestimentas, mientras uno que otro remolino de humo aromático salía de algunas pipas.  

El turno  fue para el Taller Perros Callejeros, que representó una escena alusiva al asesinato de Alfaro con gran histrionismo. Y fue después de ellos que el escenario recibió a la agrupación que más llamó la atención: Rima Roja en Venus, conformado por tres mujeres en las rimas cantadas y rapeadas: Marcela Salazar (La Roja), Ana Cano (Black Mama) y Venus Castillo. 

La banda arrancó con su tema Libre albedrío y enseguida, su presencia mostró contundencia. Líricas claras, directas, sin recurrir al insulto ni a la afrenta fácil -cosa que suele ser parte de ciertos repertorios autocalificados como canción contestataria-, plantaron su discurso en contra de “todo tipo de abuso, sea policial, racial o de género”.

El diálogo entre las tres vocalistas se destacó como recurso comunicacional eficaz con un público que susurraba  las letras de la banda. El buen trabajo de arreglos lo demostraron los músicos Teo Montero (bajo), José Miguel Dávila (platos), José Santelices (guitarra) y Ximena Betancourt (flauta traversa).

Con esta banda, compartieron escenario Mugre Sur, Guanaco, Vespa, Tropa Mota, Alfaro Vive Hip Hop, Extremos, BBoy Drives, formaciones que son apenas una parte del gran movimiento hip hop que, desde hace más de diez años, aproximadamente, afianza su protagonismo en Quito.