Un referente en la creación de museos comunitarios constituye México y al interior de este país la labor valiosa que lleva adelante la Unión de Museos Comunitarios de Oaxaca. Su tarea tiene un mérito especial porque los museos nacen de un modelo de organización propio y autónomo de cada comunidad para que sus culturas no desaparezcan; para reivindicar sus derechos, preservar y valorar su identidad y patrimonio.

Esa experiencia mexicana de más de veinte años que significó la creación de la Unión de Museos Comunitarios de Oaxaca y luego de la Red de Museos Comunitarios de América, fue compartida por el experto Francisco Hernández, durante un taller realizado -hace pocos días- en la comunidad de Agua Blanca, Manabí, con el propósito de incentivar, desarrollar y fortalecer la creación de museos comunitarios en Ecuador.

A este evento acudieron representantes de las comunidades de Pastaza, Sucumbíos, Manabí, Azuay, Chimborazo, Imbabura, Pichincha y Guayas, para aprender el concepto de museo comunitario, pasos para su creación, base social del museo, recursos museográficos, visión propia de la comunidad…

De las experiencias compartidas entre los participantes resaltamos el hecho de que en Ecuador también existen museos comunitarios o proyectos en marcha vinculados sobre todo al turismo. Si bien cada uno trabaja por su lado, resulta alentador que desde su parte conceptual seguimos el mismo camino de México: crear espacios colectivos, participativos, incluyentes, como instrumentos para resguardar, valorar, dignificar y representar por sí mismos su patrimonio cultural. Con un elemento adicional, el museo como una herramienta de transformación social de los pueblos.

Vale resaltar la iniciativa de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, por medio de su Dirección de Planificación, por la organización de este taller. Y a los participantes por su entusiasmo y compromiso con sus comunidades, lo que determinó la creación de la Red de Museos Comunitarios del Ecuador, que se lo puede seguir a través de Facebook y, lo más importante, la convocatoria a un segundo taller a fines de este año para evaluar los avances de cada proyecto.

El primer paso lo han dado los mismos comuneros, como sujetos con historia, como generadores y portadores de cultura, que valoran sus identidades, sus raíces.