La primera acampada electrónica en el país
Una serie de beats y secuencias electrónicas se abrió camino entre los árboles del parque quiteño de La Alameda, desde la una de la tarde del sábado pasado, hasta el anochecer.
El primer picnic electrónico que se haya hecho en Ecuador se tomó este tradicional espacio capitalino y juntó a malabaristas, bailarines, actores, músicos y familias enteras alrededor de una carpa y de una serie de músicos.
Ahí dentro, desde la mesa, ensimismados, con los audífonos como diadema, artistas de Ecuador y Luxemburgo se encargaron de construir una atmósfera de relajación. Sun Glitters (o Víctor Ferreira), autor de chillwave, dubstep, electro-shoegaze, entre otros estilos, era el plato fuerte de la tarde.
Para los habitúes del parque, el evento causó felicidad, pero también despertó su curiosidad. Patricia González, presidenta de la Asociación de Comerciantes de este espacio público, decidió atender en su pequeño negocio de venta de mollejas hasta que oscureció. “Aunque no es la misma gente que viene al parque, sí se vende y me gusta esto porque la gente está bien tranquilita y eso es bueno para que este parque esté cada vez mejor”, dijo.
Alexander Vega, uno de los organizadores y miembro del colectivo Encomma, defendió el hecho de que el proyecto haya sido autosustentado en su mayoría y resaltó que el objetivo de esta iniciativa es ofrecer un espacio gratuito de entretenimiento sano y brindar plazas de trabajo a quienes más lo demandan. “La idea es trabajar en red, porque trabajando en red podemos lograr más cosas, siempre en relación con el arte y la cultura”.
Unos metros más allá, Melisa hacia girar el hula-hula ante las cámaras de televisión; junto a la laguna del parque, un Klaus, junto a un grupo de jóvenes, lanzaba el frisbee. Sobre el césped, varias mantas extendidas eran el sitio de ocio de unos, mientras otros reposaban sobre decenas de neumáticos ubicados debajo de otra carpa, como parte del inmobiliario que el colectivo de arquitectos Alborde diseñó para esta ocasión, otros, bailaban.
“El objetivo es hacer uso de los espacios públicos que han perdido dinamismo. Con esto estamos demostrando que sí se puede hacer cosas gratuitas y al mismo tiempo ayudar a los pequeños negocios y disfrutar de un momento de ocio en familia o con amigos”, dijo Vega.