“La práctica artística es inherente a la política”
En Quito durante los días 28, 29 y 30 de enero próximos se realizará el I Encuentro Sur-Sur: Geopolítica, Artes y Creatividades, que tendrá como invitados a reconocidos académicos, gestores culturales y artistas de Latinoamérica.
Mayra Estévez Trujillo, subsecretaria de Artes y Creatividad del Ministerio de Cultura, expone varios elementos sobre el encuentro.
¿Hacia dónde apunta este esfuerzo que vincula la geopolítica y el arte?
La convocatoria parte de un reconocimiento, de la forma en cómo se ha construido la discursividad en el campo de las artes. De modo que el encuentro pretende visibilizar cómo, en nuestros Estados, en nuestros territorios latinoamericanos, la noción de las artes se vuelve una noción hegemónica dominante de exclusión, que ha privilegiado a unos sectores en detrimento de otros, bajo el binarismo de la alta cultura y la cultura popular.
No podemos obviar este contexto histórico, pues nos permite plantear otras preguntas: cómo pensar un Estado mediador, un Estado que se dibuja en un horizonte plurinacional, un Estado que apunta al Buen Vivir.
¿Preguntas que pretenden resolver o evidenciar qué?
El encuentro reconoce la emergencia de procesos de resistencia. Si bien es cierto, se nos han impuesto unas definiciones históricas sobre lo correcto en la práctica artística, también ha existido una suerte de desobediencia de la forma, de los usos sociales, de los usos culturales y de los usos creativos, tanto en las visualidades y sonoridades, como en el mundo simbólico. Entonces, en mitad de este complejo tramo de tensiones, el Encuentro Sur-Sur quiere movilizar ideas que permitan construir políticas sectoriales para el campo de las artes y las creatividades.
¿Por qué utilizar al sur como una categoría histórica y política?
No podemos obviar que la colonización cultural marcó un territorio de disputa en el mundo de lo simbólico en nuestro continente. No olvidemos cómo, por ejemplo, las vanguardias norteamericanas se apropiaron de los elementos simbólicos que produjeron Asia, África y América, y los incorporaron en su discurso artístico, y luego resulta que nos los venden como procesos únicos, originales y acabados.
Entonces, por qué ver hacia el sur: porque ya ha corrido mucha agua debajo del puente y hoy vemos que ciudades como Bogotá han marcado una diferencia en la perspectiva de pensar, por ejemplo, proceso de convivencia que buscan caminos de paz a través de las prácticas artísticas. Es decir, entre los ‘sures’ hay que aprender y, a partir de esta posibilidad, encontrar una plataforma de intercambio de ideas que nos permita seguir reflexionando, actuando, operando y diseñando un Estado mediador.
¿Cuál es el lugar del arte en la política, y el de la política en el arte?
Todo discurso dominante, que se disputa un lugar hegemónico en la producción de sentidos, tiene una dimensión simbólica. Entonces, es inherente la noción de la práctica artística a la práctica política
Por ejemplo, los fascistas tenían un ala fuerte de producción simbólica atada al discurso dominante de su época, y ya vimos los resultados. Pensar estas relaciones desde el caso ecuatoriano, pensar desde la clave del Buen Vivir, hace un reclamo necesario al arte como productor de ideas que acompañe esta convivencia política que estamos viviendo.
No se trata de arengar a través del arte. Se trata de generar mecanismos, políticas, planes y estrategias que garanticen el acceso al mayor número de personas en los procesos de deliberación que, finalmente, se traducen en fondos y fomentos para la práctica artística.
Las charlas magistrales se realizarán en el Teatro Universitario, ¿qué significa tomarse el espacio de la universidad pública?
Primero, quienes hacemos la Subsecretaría de Artes y Creatividad entendemos el ejercicio de trabajar en lo público como un acto de servicio. Entonces, volver a lo público, desde esta perspectiva, significa hacer un reclamo generacional a modelos que quisieron eliminar la educación pública.
Además, volver a la Universidad Central es regresar a un espacio que ha producido artistas, criterios y conocimientos que hoy están movilizándose en los debates culturales latinoamericanos y locales.
¿Qué expertos internacionales asistirán al encuentro y bajo qué criterios se los seleccionó?
Contaremos con la participación de Víctor Manuel Rodríguez, Mabel Moraña, Ana Rosa Mantecón, Haydé Lachino, Enrique Pérez Mesa, Luisa Ungar, Raquel Ariza, Nelda Ramos y Pedro Lemebel.
Este cartel de invitados no es gratuito, pues tiene la intencionalidad de poner en diálogo y debate a una serie de personalidades que han venido trabajando en el campo de las artes y las políticas culturales y que también han estado involucrados en procesos de organización social y civil relacionados a la producción simbólica.
Además, nos interesa reflexionar con ellos lo que está pasando en el mundo respecto a las economías mixtas, pues son dispositivos que está movilizando una serie de procesos interesantes y que, a veces, el cerrado mundo disciplinar de las artes no mira con buenos ojos.
Esperamos contar con la presencia de Fander Falconí, pues queremos que haga el ejercicio de traducir estos procesos de pensar la planificación del país, también en clave de prácticas que puedan sostener el ámbito de las artes pensando en economías creativas.
Además de las ponencias, habrá la intervención performática de dos artistas, ¿en qué aportará al encuentro su participación?
Vamos a contar con la presencia de dos reconocidos performeros: Pedro Lemebel, quien tiene una larga trayectoria y lugar disidente en la práctica escénica y literaria de Latinoamérica, pues hace un serio cuestionamiento al mundo heteronormado y, a través de su trabajo, irrumpe sobre las sexualidades rígidas.
Entonces, traerlo al país en un momento donde se está debatiendo las identidades sexo-genéricas diferenciadas es sumamente pertinente, pues si algo ha perpetuado en las prácticas artísticas ha sido los sistemas decimonónicos de entender situaciones tan cerradas, como el hecho de que el arte ha estado dirigido por hombres blancos, heterosexuales.
También viene la argentina Nelda Ramos, que aborda las líneas del arte y la sanación, y claro, qué significa que una performera urbana esté trabajando este tipo de registros en el espacio público, pues es una pregunta que nos dará varias luces para debatir las relaciones entre cuerpo y política.
¿Cuál es el costo del evento?
El valor total del encuentro es de 80.000 mil dólares. Se llamó a un concurso público a través del Instituto de Compras Públicas (Incop), donde aplicaron varias agencias de producción de este tipo eventos. Tuvimos una ganadora que fue la que presentó la mejor oferta.