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"La originalidad ya no es un valor en el arte"

Ilich Castillo, quien realizó su primera muestra internacional en Santander, España, es profesor del ITAE.
Ilich Castillo, quien realizó su primera muestra internacional en Santander, España, es profesor del ITAE.
Foto:William Orellana / El Telégrafo
20 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Ilich Castillo (Guayaquil, 1978) trabaja con formas: formas de hablar, de recordar, de explicar, de quedarse callado, de crear. Cada concepto suyo sobre la evolución de sus trabajos, en especial lo que tiene que ver con ciertas fallas técnicas o interrupciones en la apreciación visual, motivan nuevas inquietudes.

Desde una pequeña oficina del Instituto Técnico Superior de Arte, ITAE, en donde es profesor, cuenta que se emparentó con el arte (primero la pintura, y luego la fotografía urbana, los videos y las instalaciones) desde muy chico, de la mano de su padre -el escritor Miguel Castillo, quien solía llevarlo de paseo a galerías y exposiciones en la Casa de la Cultura. Y fue el contacto con uno de estos artistas al cual admiraba, Juan Villafuerte, lo que le provocó el aprecio por el arte.

“Sus cuadros me resultaban opresivos, muy fuertes. Eran obras, por ejemplo, de casas que se estaban descascarando, de esas de los años 5O, de ruda textura. Eran imágenes que me sobrecogieron”, cuenta el artista, siempre intercalando sorpresivos silencios en su alocución, como si los recuerdos le fueran esquivos.

Escenas cotidianas decisivas

Otra circunstancia que fue moldeando su apreciación de la vida fue la observación de ciertas escenas de la ciudad a las cuales las conectaba con la pintura; escenas como las que se le presentaban en el parque Centenario, donde aparecían curanderos, evangélicos, fotógrafos, predicadores, betuneros.

“Siempre me atrajo lo vernáculo, no en el sentido de lo propio, sino esa capacidad de solución inmediata a lo cotidiano. Si se rompe una puerta, acudimos a la creatividad y le ponemos un pedazo de plywood. Es decir, esa actitud que nos lleva a establecer una relación arte-necesidad”.

Un momento que considera importante en su formación es cuando comienzan a llamarle la atención hechos corrientes a los que denomina “fenómenos cotidianos”. Echa varias miradas a la ciudad y comprueba cómo todo es un caminar inexorable a la ruina y a la destrucción: una casa que está a punto de caer, un solar abandonado en donde el monte ha crecido a su antojo.

“Me resultaban fenómenos que indicaban que todo va en una misma dirección. Esta pintura mismo -muestra un envase con los que trabaja- es la ruina de otros materiales”, asegura, y hace hincapié en la naturaleza contradictoria de lo que dice.

Como síntesis de este aprendizaje, Castillo asegura que no es un artista que apunta a la creación, no por postura o pose, sino porque su concepto de las cosas no se lo permiten.

“Soy el tipo de artista que colecciona y se organiza en función de otras formas, que exprime lo que queda de otros productos culturales. La originalidad ya no es un            valor en el arte. No soy un artista original ni creativo”.

Sobre la exposición ‘Algo después’

Para el curador de la muestra (fotografía y videos), que se inaugurará el 25 de junio en el Centro Cultural Odeón, en Bogotá, Rodolfo Kronfle Chambers, esta “se enfoca en uno de los filones creativos más salientes del trabajo de Ilich Castillo, uno de los artistas más complejos de la escena de arte contemporáneo que emergió con vitalidad a mediados de la década pasada en el Ecuador. Integrante además del señero colectivo Lalimpia, sus contribuciones fueron claves en la reanimación estético- política de la escena local.

Según el curador, su obra requiere de interlocutores cómplices  abiertos a un diálogo poblado de densidades, ya que esta se contrasta transversalmente frente a narrativas identitarias, contenidos científicos, y connotaciones derivadas de repertorios artísticos y culturales específicos a los cuales tangencialmente alude.

“Detrás de su particular forma de activar entre sí economías visuales muy dispares -guiños al canon de la abstracción o de la historia del cine, por ejemplo- se intuye un trabajo filosófico”, señala Kronfle.

La muestra permanecerá abierta durante un mes. (I)

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