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El Telégrafo
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“La obra es una vía para pensar sobre el poder y el amor”

Rossana Iturralde, actriz y gestora cultural.
Rossana Iturralde, actriz y gestora cultural.
15 de marzo de 2014 - 00:00

La obra surge de una versión libre de Friedrich Schiller. ¿Por qué escogen  esta obra?

Rossana: No fue escogida por mí, fue una propuesta que me hizo una actriz  en  2008.  Ella quería que se hiciera una adaptación de la obra original de Schiller, en manos de un dramaturgo contemporáneo.  Y yo pensé inmediatamente en Flora Lauten y Raquel Carrio, dos maestras (directora y dramaturga, que integran el grupo de Teatro Buendía de Cuba), pues las había invitado a participar en un Festival de Teatro Internacional (FITEQ/G) que yo dirigía en esa época y el trabajo que mostraron me pareció realmente maravilloso.  Después de releer la obra original me convencí de que la obra tocaba profundamente un tema que a mí me interesaba y me interesa muchísimo que tiene que ver con los seres humanos frente al poder.  Me atrae mucho el tema de cómo los seres humanos se transforman con el poder, cómo las relaciones humanas pueden aniquilarse por el solo hecho de obtener una mínima cuota de poder y esto se evidencia en todos los actos de la vida de un ser humano, hasta en los más sencillos y cotidianos.

¿Qué tienen en común, a más del género y su título, Isabel y María Estuardo?  

Rossana: Isabel y María Estuardo son primas en segundo grado.  María Estuardo es reina de Escocia e Isabel, reina de Inglaterra.  Pero más allá de esto, son dos mujeres fuertes, apasionadas y cada una de ellas desde su visión acerca de la vida, lucha desesperadamente por lo que cree.  La una, Isabel, no quiere un hombre a su lado, quiere convertir a Inglaterra en un “mundo nuevo, un imperio más allá de los límites del mar”, en cambio María Estuardo quiere vivir el amor y la pasión más allá de cualquier límite, sin dejar de ser reina.  Son profundamente apasionadas y creo que en el fondo de sus almas la una no deseaba la muerte de la otra, pero en el contexto político y religioso (catolicismo y protestantismo) en el que vivían, no tenían otra opción que luchar terriblemente por sobrevivir. 

¿La obra es una excusa para revisar roles femeninos impuestos?

Rossana: Creo que no, la obra  es solo una vía para reflexionar, desde nuestro tiempo, sobre temas que mantienen una extraña vigencia: el poder y el amor, los vínculos de sangre, las razones de estado y las fronteras que separan personas y naciones. Como lo dice Raquel Carrió, dramaturga de la obra… intenta develar a través de nuestra propuesta estética quiénes somos realmente los seres humanos en nuestro fuero más íntimo, enfrentados en una situación como la que vivieron estas dos mujeres.

Hay actualmente una preocupación mayor hacia las historias que tienen a las mujeres por protagonistas...

Nadyezhda: Considero que no es una preocupación mayor; en la escena nacional podemos encontrar diferentes propuestas con roles femeninos y masculinos, que buscan conmover al espectador sobre la naturaleza humana. No creo que se trate de hacer una obra de mujeres para hablar solo de los temas que nos interesan como género, sino de temas que nos identifiquen como humanos.

Gabriel García Márquez decía que si las mujeres gobernaran no habría guerras, pero esta obra presenta reinas de guerra...

Rossana:  Definitivamente, los tiempos que vivimos son también de guerra, pero el papel que vivimos las mujeres en esta época es distinto, aunque no el de la mayoría.  Basta solo mirar hacia países y lugares donde las mujeres no tienen voz propia y son maltratadas, vejadas y anuladas en todo sentido.  En esa época de la historia que les tocó vivir a estos dos personajes, ellas llegaron a ser reinas, pero no fue algo que decidieron por sí solas, fueron coordenadas que se movieron para que por ejemplo, en el caso de Isabel, ella llegase a ser reina.  Su padre, Enrique VIII, la declaró bastarda, era un hombre terrible, la desconoció, y fue cuando las circunstancias cambiaron que Isabel fue abriendo un espacio para sobrevivir en ese medio tan mezquino.  Ella  no quería la guerra, y se lo dice a María Estuardo, pero debido al terrible conflicto entre las dos y al deseo de España y Francia de quitarle poder a Inglaterra se sintió obligada a armar una guerra, en la que al final Inglaterra salió triunfante.

¿Cómo surge el amor en la obra?

Nadyezhda:  El amor se manifiesta de diferentes maneras en la obra; Isabel siente amor a su pueblo, y a su patria, lucha por convertir a Inglaterra en una potencia mundial y está  dispuesta a todo por conseguirlo.
Por otro lado, María Estuardo tenía una idea más individualista sobre el amor; estuvo rodeada siempre de gente que la amó, y digamos que el amor y la pasión destruyeron a María y la llevaron a un final trágico.

La directora artística es Flora Lauten. ¿Qué le pidió con respecto a la interpretación de su personaje?

Nadyezhda: Mi acercamiento a la obra es reciente y no tuve la oportunidad de compartir con Flora. Rossana me dirigió en el remontaje buscando, en la medida de lo posible, no traicionar o tergiversar la propuesta de Flora. Lo que se buscaba con el personaje era humanizarlo, en el sentido de ir más allá de los datos dados por la historia. La preparación para investigar alrededor del personaje es netamente física y de relaciones íntimas con objetos que están llenos de significados, que ayudan a trabajar, hablando de mi personaje, con sensaciones de encierro, injusticia, de amor desmedido que te llevan a la pérdida de la razón.

¿Los seres humanos somos los mismos en todas las épocas y latitudes?

Nadyezhda: Me atrevería a decir que sí, tenemos diferentes contextos en los que nos desarrollamos, pero esto no nos libra de nuestra naturaleza y compartimos sentimientos de amor y odio.  

¿Los actores y actrices tienen cierta preferencia romántica cuando interpretan personajes clásicos de la historia universal?

Nadyezhda: No siempre, por el contrario, en la actualidad existe un grupo considerable de actores que intenta alejarse de este tipo de personajes y le interesa investigar sobre personajes contemporáneos o que se acercan más a su realidad. Es raro encontrar una obra de teatro a la que le interese  solo mostrar al personaje histórico como en una clase didáctica, y cuando vemos una obra con este tipo de personajes nos damos cuenta de que son abordados por los actores de diferente manera. Por ejemplo, en esta obra nos interesa trascender al personaje histórico para vislumbrar al ser humano, con sus miedos, sueños y pasiones.

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