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El Telégrafo
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El pianista Michel camilo complació a sus seguidores en el teatro quiteño

La noche jazzera en el Sucre se tornó sinfónica (Galería)

El tecladista caribe durante la adaptación de ‘Goodwill Games Theme’ que hizo con la banda sinfónica. Foto: Santiago Aguirre / El Telégrafo
El tecladista caribe durante la adaptación de ‘Goodwill Games Theme’ que hizo con la banda sinfónica. Foto: Santiago Aguirre / El Telégrafo
07 de marzo de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

El latin jazz de Michel Camilo es una danza sobre las teclas, blancas y negras, que se elevan sobre matices que hacen inverosímil su virtuosismo. Es que son melodías de película. El pianista dominicano compuso la canción ‘From Within’ (‘Desde adentro’), parte del soundtrack del filme Calle 54, del célebre cineasta español Fernando Trueba, en 2000, y una de las piezas magistrales que interpretó, la noche del jueves pasado, en Quito.

Pero su aparición, junto a “su crío”, el baterista Mark Walker, no se limitó al concierto de su trío -que completa el contrabajo de Lincolln Goines-, sino que se dio antes, durante el último corte interpretado por la Banda Sinfónica Metropolitana de la capital, en el Teatro Nacional Sucre.

Hace un cuarto de siglo, la sinfónica empezó a derribar los muros que, supuestamente, dividen la música popular y la académica -una frontera que en el Caribe hace mucho que no existe-. Esa misión la llevaron a cabo sus integrantes con el dinamismo de sus vientos, exhalados por trompetas y trombones, entre otros instrumentos que no incluyen las cuerdas, cosa que los distingue de una orquesta.

La del jueves -en medio del Festival Ecuador jazz 2015- fue una noche de aniversario, en la que la banda sonora de los festejos incluyó la adaptación del tema ‘Juegos de la buena voluntad’ (‘Goodwill Games Theme’, con que Michel Camilo ganó un Emmy) a las sinfonías de la banda, con los toques jazz trepidantes, acompasados, emocionantes que caracterizan a sus teclas.

Mención aparte merece el director de la banda sinfónica, Winfried Mitterer, quien, con sus manos, dirige hasta las reverencias de sus músicos ante los aplausos de una audiencia sorprendida de sus tonadas, cuya impronta es tejida, practicada en el centro cultural Mama Cuchara, en la Loma Grande, cada mañana y tarde, entre melodías de un puñado de otros grupos que allí ensayan y que se han convertido en la música de fondo del tradicional barrio quiteño.

Mitterer presentó 2 obras de Leonard Bernstein en la noche de jazz sinfónico: ‘Las Cuatro danzas’ y ‘Obertura Cándida’, pieza esta última que hizo bambolear las cabezas de los presentes con una ejecución ejemplar, en lo que quizá es el testimonio más claro de la trascendencia de este festival frente al género que le da nombre. Y el cual se desarrolla con jam sessions incluidas -en el Pobre Diablo, del 5 al 7 de marzo- y proyecciones de cine -en la sala Ochoymedio, hasta el 8 de marzo- (ver datos), como aseguró Chía Patiño, presentadora y organizadora.

Pasos de baile sobre las teclas

El interludio de Michel Camilo es como el fundido a negro en una sala de cine. Una introducción, una advertencia que en el teatro anuncia, luego de las 3 llamadas de marras, la impronta de un género universal, atemporal que él ha fundido con ritmos tropicales y de los cuales anuncia sus referentes -desde el también pianista Chucho Valdez hasta el saxofonista Paquito D’Rivera- con quienes ha coincidido en los más grandes escenarios y en la película ya mencionada, Calle 54.

A propósito de ‘From Within’, quizá el clímax de su puesta en escena, solo equiparable al ensamble sinfónico que le precedió, el pianista dejó su asiento para confesarle a su público que esa canción “siempre crece y nos sorprendemos nosotros mismos (al ejecutarla)”.

Walker también es un corredor a su manera y elimina cualquier deseo que sus escuchas tengan de ver una improvisación -tan propia de estos shows- con el acompañamiento que ejecuta. Luego, se da tiempo de encantar a los presentes con tonadas más heterodoxas.

La milonga ‘A Place in Time’ fue presentada por Camilo -quien funge de maestro de ceremonias, unas veces, de protagonista indiscutible, otras, y hasta de lúcido solista que conversa historias plagadas de anécdotas entre cada canción- como su ‘lugar secreto’, uno al que transportó a su audiencia, sobre la base sonora que tejía Goines en las cuerdas de su contrabajo.

La noche de la quinta fecha del Festival de jazz de Quito cerró con una nueva tanda de sorpresas, entre melodías que encandilan y que se extenderán cuando el dúo cubano-italiano Omar Sosa & Paolo Fresu se presente esta noche, después del ensamble colombiano Viento en Popa, nombre que parece caracterizar al evento que, para el domingo, tiene a la cantante Totó la Momposina como broche de oro.-

DATOS

Las ‘jam sessions‘ no podían faltar en el festival y culminarán, de forma gratuita, a las 20:30 de hoy, en el Pobre Diablo (La Floresta), con la presentación de Curupira.

El cine es el complemento ideal de un género musical que evoca imágenes. A las 20:30 se proyectará ‘Young Man With a Horn’ en el cine Ochoymedio (La Floresta). Mañana, el turno será de Michel Petrucciani.

El foro ‘La música como ingrediente creativo en la construcción de una identidad’ se dará en el Teatro Variedades Ernesto Albán (Centro Histórico), a las 17:00, con la presencia de los periodistas Felipe Pinzón, Carlos Calado, Gabriel Plaza y Betto Arcos.

Totó la Momposina cerrará mañana la programación, a las 12:00, en la Plaza del Teatro, junto a Cómo asesinar a Felipe y Pichirilo Radioactivo. Evento al aire libre.

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