La música de Juliet ya tiene un sonido definitivo
Ya es sábado cuando Juliet empieza a tocar. Pero todo comenzó la noche del viernes 25 de marzo. Santé Bar (Kennedy Norte) está a medio llenar. Nada para alarmarse. El rock sigue ahí. Unos pocos entusiastas siguen creando carteleras y jugándosela por la música. Pero la gente sigue fallando. Ningún lugar se llena. Casi todos se quejan; unos por los precios, otros por la falta de gente, sin embargo, solo unos pocos apoyan. Pero el rock no muere, aún mete candela.
El cartel es bueno: Pukarana, Acaba un Día, Lancelot y Juliet. Diferentes estilos para convocar a público diverso.
Bueno, la gente es la que se pierde los conciertos y no hay vuelta atrás. A Pukarana no lo ví; llegué justo cuando se bajaba del escenario. Pero Acaba un Día es una recompensa que alegra la noche. Humberto, el vocalista es una bestia que se escapó de la selva y mete un gran ambiente con sus gritos que perforan oídos. Él es así: no le gusta guardarse nada. Da la impresión que tiene cuentas pendientes con todos. Su actuación es un desafío al orden. Este trío es algo digno de tener en cuenta, su poder traspasa la noche en un afán de devorar la tranquilidad que guardan algunos de los asistentes. Su hardcore es caos.
Lancelot pone su metal con los argumentos que sus integrantes manejan: destreza y entusiasmo, sin embargo, algo le falta a este grupo para terminar de cuajar y ganarse todos los aplausos que la gente mezquina siempre esconde.
Lo de Juliet es completo. La banda machaleña no entiende de favores, únicamente se concentra en producir de la mejor manera. La vocalista y bajista Chris Encalada sube la escenario sin zapatos, pero con sobrada demostración de calidad. Eso es lo único que le preocupa a Juliet: la calidad. Sus equipos para amplificar el sonido forman una pared que destruye la quietud y consiguen crear la atmósfera perfecta para que su metal core funcione definitivo.
Todo en Juliet encaja en su justa medida; el grupo son cuatro músicos que se nota aman lo que hacen. Y donde su líder Héctor Encalada pone la pauta con la guitarra.