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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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La mujer lee más que el hombre

24-4-13-habito-de-lectura-ecuadorEl Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador (INEC) presentó en octubre de 2012 estadísticas en torno a los hábitos de lectura de los ecuatorianos, las que forman parte del Sistema Integrado de Encuestas de Hogares. Y antier se difundieron estas cifras a propósito del Día Internacional del Libro.

El dato principal de las estadísticas muestra que el 73,5% de los ecuatorianos tiene el hábito de leer. Karina Sánchez, propietaria de la librería Tolstói, ubicada en el centro norte de Quito, considera que “los ‘consumos culturales’ varían dependiendo de muchos factores. Obviamente en las ciudades grandes es en donde  se concentran  más lectores porque el acceso a centros de estudio es mayor”. Agrega que en Ecuador -con tono optimista- “se lee cada vez más”.

Sin embargo, el escritor y editor de Editorial El Conejo, Abdón Ubidia, desconfía del índice de 73,5%. Es “demasiado alto”, sentencia. Además, advierte, alejándose de los porcentajes, que “hay que entender bien qué significa ‘hábito de la lectura’. Esta es una costumbre ligada a la libertad y a la soledad, es abrir un espacio ajeno a un medio audiovisual, para comunicarse, por ejemplo, con un autor”.

Luis Carlos Mussó, escritor y docente universitario, comenta sobre el mismo porcentaje: “Es ambiguo el fenómeno: la literatura posee un prestigio que se mantiene, pero al mismo tiempo, algunos consideran una pérdida de tiempo, de esfuerzo y dinero el conjunto de actividades relacionadas con las letras”.

Según las cifras, el 56,8% de los ecuatorianos no lee por falta de interés. Ubidia afirma que todavía falta fomentar más el gusto por la lectura en el país. Explica que es tarea, por ejemplo, del área escolar. “Se tiene que explicar a los estudiantes y hacerles saber de mejor manera que leer un libro no es un castigo o una imposición. Es una posibilidad de encontrar nuevas maneras de entretenimiento, pero sobre todo de comunicación”.

Otro de los datos que arroja el estudio del INEC es que la segunda causa por la que no se lee es por la falta de tiempo, en un 31,7%.

Mussó explica que esto “se debe, en parte, a las prioridades: ¿con qué alimentar a la familia o qué texto literario leer durante la semana? Pero se puede superar, si el interés está presente... Hay que motivar, mediante campañas permanentes, y hacer del libro un elemento constitutivo de la vida”.

Mujer, mayor lectora
 
Además, de acuerdo con las estadísticas proporcionadas por el INEC, las mujeres leen más libros que los hombres, lo que se traduce en que ellas consumen ese tipo de textos en un 41%, mientras que ellos lo hacen en un 34%.

Por otro lado, pero dentro de las mismas cifras, los hombres leen más periódicos que las mujeres, ellas en un 34% y ellos en un 51%.

Solange Rodríguez, escritora guayaquileña, considera que una de las  tantas lecturas que se le podría dar a estos datos es que corresponden a ciertas ideas en torno al desempeño de los roles de género.

“Se supone que los hombres tienen que estar mucho más ocupados de la realidad, tienen que saber lo que sucede en el entorno porque tienen que estar informados y tienen que ser efectivos. Mientras que las mujeres pueden, todavía, darse el lujo de vagar, de tener imaginación. También podemos asociarlo a la idea de que las mujeres, supuestamente, tienen más tiempo libre. Entonces, si una mujer, dentro de la división social, según los trabajos básicos, pasa más tiempo en casa o trabaja menos, puede tener más tiempo para leer”, explica Rodríguez.

Agrega que “la literatura como tal, si la ligamos a la ficción, imaginación o ‘vuelo de la mente’, parece que tiene más acogida dentro de las mujeres porque así puede darse el lujo de no estar dentro de la realidad, por ciertas convenciones sociales”. Manifiesta, además, que la pregunta que debería ponerse en tensión es: “¿qué diablos leen?”. Pero dicho estudio no determina ninguna clasificación sobre los textos leídos.

Por otro lado, en contradicción a las estadísticas, Sánchez asegura que en su librería “el porcentaje de hombres lectores es mucho mayor al de mujeres”; lanza estas cifras de acuerdo con las visitas diarias que recibe en su negocio.

Ubidia, constantemente invitado a clubes de lectura, afirma que aquellos datos -las mujeres leen más que los hombre- son “completamente válidos. Estos grupos intelectuales de reflexión  son conformados  y frecuentados netamente por mujeres”.

“Desde hace años este fenómeno es muy visible en el país. Quizá se deba a que se desea revertir los escasos porcentajes de décadas previas -la del hombre mayor lector que la mujer-. Por otro lado, la mejor organización de sus vidas particulares que tienen las mujeres les hace posible darles tiempo también a sus lecturas”.

Los libros electrónicos

En las estadísticas difundidas por el INEC no hay datos específicos de consumos de libros electrónicos, sin embargo, el dato que se muestra es que 8% de hombres y 8% de mujeres leen en la Internet.

Lo que tal vez podría traducirse en que los ‘e-books’ no están desplazando “bajo ninguna circunstancia” a los libros físicos. “No todo el mundo tiene acceso a la tecnología (...) Tendrá que pasar un montón de tiempo hasta que eso suceda”, afirma Rodríguez.

Sobre esto Mussó opina: “la salud del libro impreso está garantizada. Pero aunque no lo estuviere, la lectura sobrevivirá”.

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