Hace 6 años, la cineasta Gabriela Calvache conoció la historia de una docena de adolescentes que habían sido víctimas de violación. Entonces, surgió la idea de abordar la violencia de género desde la ficción.

Los últimos 3 años, Calvache ha investigado casos similares en Ecuador, Colombia y España, situaciones que involucran a migrantes –o que provocan migraciones- y a familias enteras. “Los hombres, sobre todo, no quieren ir a verse retratados como victimarios, pero son quienes más quisiera que vayan a ver la película (...) Una diferencia entre la denuncia y el arte es que en la primera se buscan culpables, mientras que en el segundo, se trata de encontrar qué provoca que estas situaciones se den”, dice la cineasta en Quito, mientras transcurren los ensayos previos al rodaje de La mala noche que iniciará el 27 de marzo.

“Trato de ver estos conflictos como problemas de las relaciones humanas” explica Gabriela, quien lanza una estadística: “por cada prostituta hay 30 posibles clientes en el mundo, por tanto, es también un tema masculino, sin que uno esté en contra de este oficio per se”.

Calvache señala la gravedad de que una mujer que no tome el trabajo sexual como opción, se vea obligada -por circunstancias como la pobreza o explotación- a ejercerlo. “¿Hasta qué punto estamos dispuestos a aceptar otras maneras de existir que no sean el matrimonio o relaciones que estén fuera de los lazos familiares o bienes?”, se pregunta la directora que trabajará en la filmación de un guion que le tomó 13 reescrituras, 7 de las cuales fueron moldeadas por el productor mexicano Germiniano Pineda, quien trabajó en filmes como Miss Bala (Gerardo Naranjo, 2011).

Gabriela Calvache dirige el filme La mala noche, cuyo guion surgió de una investigación que hizo sobre casos de violencia sexual en España, Colombia y Ecuador.

En la edición del Festival de cine La Orquídea de 2014, Pineda -de Cine Caníbal- presentó Los Insólitos Peces Gato (Claudia Sainte-Luce, 2014) en Cuenca, donde conoció a Calvache, con quien han conseguido financiar el 75% de la coproducción de La mala noche. La búsqueda incluyó a un equipo que está llegando al país de Bolivia, Colombia, México y España. Además de Quito, otra de las locaciones de la película estará en Esmeraldas, en la Costa.

Cerca de Pineda, el actor Cristian Mercado se distingue por un acento que incluye la palabra ‘vos’ al momento de tutear. Pero Mercado -protagonista de la película peruana Contracorriente, de Javier Fuentes-León- no es quiteño; llegó hace 10 días de La Paz, Bolivia, para ensayar el papel de Julián, un médico solitario (separado y padre de una hija de 8 años) que se enamora de la mujer con quien mantiene citas clandestinas que dejarán de ser tales luego de un accidente que los expondrá a peligros exteriores que los involucrarán, sin distinciones, a ambos.

“Me encanta que se trate de una temática poderosa (la violencia, el abuso) pero cuya puesta en escena no sea desde lo discursivo, retórico o destinada a dar un mensaje sino reflexiones, preguntas que completarán los espectadores”, dice Cristian, quien se está acoplando a la ‘cadencia’ que, explica, apenas distingue al acento quiteño del suyo.

Daniela Fuentes, una de las coproductoras ejecutivas del filme, remarca que los desastres naturales generan contextos en que las mujeres, en particular las niñas, son más vulnerables por la emergencia. El valor del proyecto ha sido sustentado con una perspectiva social, pero sus productores trabajan en la estructura de la historia sin olvidar que es una obra de entretenimiento.

“Parte de los recursos que genere la película se destinarán para las víctimas del terremoto y para quienes velan por los derechos de la mujer”, finaliza Pineda. (I)