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El Telégrafo
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Entrevista / carla guelfenbein / escritora chilena

“La literatura femenina también puede ser habitada por escritores hombres”

Foto: rincondecriticaliteraria.com
Foto: rincondecriticaliteraria.com
05 de abril de 2015 - 00:00 - Alejandro Tapia, especial para El Telégrafo

Fue toda una sorpresa. La semana pasada, la escritora chilena Carla Guelfenbein (1959) se despertó sobresaltada cuando sonó el teléfono. La llamaban desde España para contarle una noticia inesperada: por votación unánime, su novela Contigo en la distancia había ganado el premio Alfaguara 2015. “Fue una súper sorpresa. La verdad es un giro tremendo en mi vida”, cuenta ahora, con un poco más de pausa, en esta entrevista que concedió a EL TELÉGRAFO. El premio es de $ 175  mil.

De origen ruso-judío, Guelfenbein se crió en Inglaterra, hasta donde llegó exiliada en 1976 junto a su familia, tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973. Comenzó a escribir desde su infancia y tras regresar a Chile, trabajó como diseñadora en agencias de publicidad, como columnista y creadora de talleres literarios. No fue hasta 2002 cuando publicó su primera novela El revés del alma. Luego vinieron La mujer de mi vida y El resto es silencio.

Guelfenbein es una de las escritoras de mayor éxito comercial en Chile y en ese sentido la crítica más especializada la cataloga dentro de ese género, lejos -por ejemplo- de la obra de Roberto Bolaño o de jóvenes como Alejandro Zambra. Para ella eso no es tema, ya que está satisfecha de que sus libros se lean de manera masiva. “Voy a ir a Ecuador en el segundo semestre. Qué maravilla. Por supuesto que vamos a publicar mi novela allá. La gira parte el 29 de mayo en Madrid, donde me entregarán el premio. Luego hago una gira por España, luego por Sudamérica y después por Centroamérica”, detalla a EL TELÉGRAFO.

¿Este premio la tomó por sorpresa?

Fue una súper sorpresa. La verdad es que es un giro tremendo en mi vida. Yo iba para otro lado y este premio me gira hacia otro. Porque esto me lleva a una gira, a viajes y a un compromiso total con la novela. Yo, la verdad, ni siquiera tenía la fecha de cuándo la íbamos a publicar. Todo estaba en el aire. Para mí fue una total y absoluta sorpresa.

¿De qué trata su novela?

Uyyy. Eso sí que es difícil de explicar, porque es una novela que tiene varias historias. La novela comienza cuando el personaje principal, que es Vera Sigall, una escritora de culto que tiene una enfermedad, se cae por las escaleras de su casa y queda en coma. Y este es el personaje alrededor del cual da vuelta todo el resto de los personajes. El vecino de ella, que es un hombre más joven, la encuentra esa misma mañana y él sospecha que su caída no fue un accidente: algo precipitó su caída. Entonces él inicia una investigación para dilucidar lo que ocurrió. Pero en ese viaje de búsqueda él encuentra las respuestas, pero también cosas sobre su propia vida. Es un viaje interior y exterior.

¿Y qué ocurre con los demás personajes?

Por otro lado, hay una joven que viene de Francia, que está investigando la obra de esta mujer que está en coma. Ella la alcanza a conocer unos pocos días antes de su accidente. Empieza a verla en la clínica mientras está en coma y ahí comienza a conocer a este hombre. Entonces hay una relación de búsqueda sobre qué le ocurrió a Vera; hay una historia de amor que se va construyendo entre estos personajes que son muy diferentes (la joven y el hombre), y por otro lado hay una historia que ocurre en los años 50, que es la historia de Vera cuando era joven y tiene un gran amor con un poeta. También en esa relación hay un gran misterio que la chica joven intenta dilucidar. En el fondo son dos historias de amor importantes, con muchos misterios y claves que hay que ir descubriendo a lo largo de la novela.

¿Se podría decir que su libro trata temáticas como la pérdida?

La novela trata sobre muchas cosas, sin duda. Por eso se llama Contigo en la distancia. Se trata de la distancia entre los seres humanos, aun cuando están cerca. Se trata de los secretos de familia y sin duda también de la pérdida. Se trata de la genialidad: la mujer que está en coma es una mujer muy genial. El gran pecado de Vera Sigall es ser más inteligente que los hombres. Entonces hay ahí una exploración sobre la genialidad de una mujer que de alguna manera le juega en contra.

A los escritores no les gusta que los califiquen dentro de una temática específica, ¿pero su mundo literario tiene que ver con la literatura femenina o no necesariamente?

Lo que pasa es que, ¿qué es la literatura femenina? Si la literatura femenina es escribir sobre las emociones de los personajes, sobre las relaciones entre los personajes y sobre la intimidad, evidentemente que yo soy completamente de ese mundo, porque ese es el mundo que me interesa. He escrito cosas que tienen un contexto político, pero en este caso hay un contexto histórico. Pero la literatura femenina no es exclusiva de las mujeres. Ese territorio puede ser habitado también por escritores hombres.

¿Hay elementos de su propia biografía en sus novelas?

Siempre hay, no necesariamente de una forma directa. Pero evidentemente que hay aspectos. En esta novela justamente me pasó que mientras la escribía me encontré con una mujer que había estado presa con mi madre en la época de Pinochet y que me dio una cantidad de información que yo no conocía. Y por eso ella tuvo que entrar a la novela.

¿La historia de su madre detenida por la dictadura todavía no forma parte de su mundo literario?

Está ahí, en la novela, pero no es mi madre. No construyo novelas autobiográficas. (I)

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