‘La genialidad de Gabito está en su obsesión por la perfección’
"Disciplinado y perfeccionista", así describe Jaime García Márquez a su hermano Gabriel, el nobel de Literatura, dos cualidades que le han llevado a la "genialidad" en su vida y en sus obras, basadas siempre en experiencias personales.
El hermano del escritor colombiano repasó la niñez y adolescencia de Gabito en un encuentro con los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA en Cartagena de Indias. Jaime García Márquez recordó algunos de los momento vividos junto al premio nobel que, según confirmó, padece demencia senil, aunque "todavía conserva el humor, la alegría y el entusiasmo de siempre”.
“Las circunstancias de la vida siempre fueron su caldo de cultivo. Él siempre dice que la realidad supera a la ficción”, señaló. En ese sentido, Jaime García Márquez recordó cuando Gabriel se trasladó a vivir a Cartagena con 21 años para estudiar derecho, aunque ya había acabado el primer año en Bogotá.
“Al llegar a la pensión tenía que dejar un anticipo, que no lo tenía, y no tuvo más remedio que irse al parque a dormir. Él siempre exageró un poco esa anécdota, pero le sirvió para demostrar a los jóvenes que las dificultades apenas son un obstáculo, y sirven para crecer. Pero, cuando hay una obsesión, un deseo y un talento nada te puede detener. Gabito es producto de una obsesión y toda su vida está dirigida a conseguir sus metas”.
Jaime García Márquez rememoró los primeros años de su hermano en Aracataca, su pueblo natal, y las visitas a Sucre, “donde él empieza a construir todas las historias que luego reprodujo en sus libros”. Relató las jornadas que el escritor pasaba ensayando música con guitarra junto a sus amigos, para luego “dar serenata por las noches, porque debía tener alguna novia”.
El arte corría por sus venas desde niño, cuando su abuelo le permitía pintar las paredes de la casa de Aracataca. Fue su abuelo también el que le regaló sus primeros papeles y lapiceros, “y ahí fue cuando Gabito comenzó escribiendo sus primeras historias gráficas. El abuelo no lo supo, pero despertó en él su vocación temprana”.
Esa misma vocación la ha transmitido el premio nobel a sus hijos, Rodrigo y Gonzalo, quienes han heredado su pasión por las artes. “Rodrigo es un cineasta de grandes ligas y no tiene aparentemente ninguna influencia de Gabito, pero comparte la afición por el cine con su padre, y los resultados ya los estamos viendo”, dijo Jaime García Márquez.
“En alguna ocasión -añadió- Rodrigo le mandó a Gabito un guión y él se emocionó mucho, porque no estaba viendo a su hijo el cineasta, sino a su hijo el que hacía literatura. Él sostiene que un guión es un género literario, como también dice que lo es el periodismo”.
Gonzalo, el menor, “tiene que ver con los libros, es un joven exitoso y ha mantenido cierta distancia alrededor de su padre. Tiene su vida independiente”.
Emocionado, Jaime García Márquez aseguró que Gabo “es un excelente hermano y una persona solidaria que ha ayudado económicamente a muchos amigos con necesidades sin que se sepa”. “Cuando le preguntan cómo se le puede pagar el favor, él siempre responde que no contándoselo a nadie”, dijo.