La fotografía del país en busca de otros derroteros
La imagen ya no puede ser pensada ni en blanco y negro, ni para llenar los catálogos turísticos. Atrás quedó la imagen documental del niño pobre pidiendo limosna, del anciano que toca un instrumento o del monumento arquitectónico colonial.
Tampoco el Illiniza junto a una inmensa laguna azul o el atardecer con sol y playa. En plena era digital, la fotografía debe alejarse de los lugares comunes y multiplicar su expresión. Este es el pensamiento del grupo Akelarte, que plantea la creación de la Primera Bienal Internacional de Fotografía Artística Contemporánea, cuya será Quito en el mes de agosto.
Angel Huera, organizador del evento, comenta que hace cuatro años se gestó la idea de una bienal y que finalmente en enero pasado de este año se materializó, lanzando la convocatoria, lo que demuestra una minuciosa planificación. Huera asegura que en el país la imagen se ha quedado como un registro, que se basa en el exotismo turístico o la fotografía periodística que no ha trascendido. Por eso han organizado este encuentro para que la imagen sea tomada como en otros países, donde ha dado un giro radical y ha provocado repensarlo todo.
“Pinto lo que no puedo fotografiar y fotografío lo que no puedo pintar”, es el lema de los organizadores, quienes afirman que la pintura y la fotografía son dos lenguajes propios con su espacio. “Existen alrededor del tema varios asuntos, como por ejemplo, pensar en la imagen antes de hacer click, situación que fotógrafos actuales no lo entienden, comenta Huera y aumenta que en el medio hay muchos fotógrafos que no conocen ni lo básico sobre composición y que su trabajo ha sido más instintivo. “El fotógrafo debe tener conocimiento de lo que quiere decir y conceptualizarlo”. Fausto Villalba, artista y fotógrafo, comenta que el arte contemporáneo y entre ellos, la producción de imagen, es una permanente crítica de sus propios medios y lenguajes, y una continua muerte-renacimiento que da paso a nuevas formas de comunicación. “La imagen fotográfica se ha liberado del requisito representacional de la tradición, de la cual desciende para pasar a ser representación de sí misma”, asegura Villalba. La imagen y las herramientas que la construyen, el lenguaje y los mecanismos perceptivos que permiten que un espectador la reciba, pueden dar paso a una mayor experimentación en medio de este mundo en perpetuo cambio, “liberándose de las ataduras técnicas, formales, temáticas e ideológicas para expandir todas las posibilidades creativas y expresivas”.
Uno de los artistas invitados es Cristhian Trujillo. Él hace apropiaciones de las imágenes conocidas y les da otro contexto, pero a su vez la muestra tendrá a varios creadores de imágenes de América Latina y Europa. Hueras considera que los fotógrafos clásicos podrían estar en contra del evento; sin embargo, la bienal, que también incluye foros y talleres, servirá para que los fotógrafos se abran y busquen otras expresiones o caminos por donde transitar. “Hay que ir más allá”, concluye Huera.