La fábula, un elemento para salvar el medio ambiente
El escritor noruego Jostein Gaarder, creador de El Mundo de Sofía, lleva años advirtiendo de que es “urgente” actuar ante la mala salud del planeta. Una lucha en la que se muestra “optimista” y que batalla por primera vez a través de la literatura en un libro con toques de fábula, La Tierra de Ana.
“El cerebro humano está hecho más para las historias que para las enciclopedias porque las historias se acercan más a las emociones y a los sentimientos. Cuando se habla del medio ambiente es fácil que te acusen de tener un tono moralista o políticamente correcto”, comenta Gaarder sobre un libro que se publicará en español este jueves.
Aunque está pensado como una obra juvenil, La Tierra de Ana (Siruela) trasciende este ámbito y se postula como el libro de cabecera para adultos “de joven espíritu” y de hecho, sus páginas esconden la vitalidad de quien está inmerso en la pelea, de quien está dispuesto a hacer frente “al mayor desafío al que se enfrenta la sociedad hoy”.
Se ve obligado Gaarder a mantener el optimismo para luchar por una causa que viene defendiendo desde hace tiempo a través de la Fundación Sofía, una institución que él mismo creó y que otorga un premio anual dotado de 100.000 dólares a la labor más innovadora en favor del cuidado de la naturaleza.
“Tengo que decir que soy optimista porque estoy concienciado, preocupado por el desarrollo de la humanidad y porque quiero luchar, y para ello necesitas tener algo a lo que aferrarte. Por el contrario, ser pesimista implica ser vago, no tomar responsabilidades y entre los dos caminos prefiero el de la esperanza”, defiende el escritor.
En este libro Gaarder cuenta la historia de Ana, una joven “seria y curiosa” que tras vislumbrar en uno de sus sueños que en 2082 la Tierra perderá gran parte de su riqueza, intentará junto a su amigo Tomás prevenir la catástrofe, una tarea en la que un antiguo anillo familiar, que ha recibido como regalo de cumpleaños, jugará un papel más importante de lo que aparenta.
Y quizá la fuerza que conserva el escritor, que dejó su puesto de profesor de Filosofía en un instituto noruego tras el éxito de El Mundo de Sofía, se deba a la relación cercana y diaria que guarda con la naturaleza. Un vínculo que le genera fortaleza y sobre todo le permite conectar “con la esencia del ser humano”.
Viene desarrollando este escritor noruego una continua tarea didáctica, a través de libros como Me pregunto... o El libro de las religiones, en los que ha acercado cuestiones filosóficas al público juvenil haciendo accesible esta ciencia que permite “entender la vida y actuar con ética y moralidad”.