La nobel Svetlana Alexiévich visitó España luego de conocer Colombia
"La élite no ha podido enfrentar al mundo"
Colombia fue el primer país de habla hispana que visitó la bielorrusa Svetlana Alexiévich. El mes pasado, la primera cronista en ganar el premio Nobel de Literatura había tomado un vuelo de Minsk hasta Bogotá porque quería escuchar los testimonios de las víctimas del conflicto colombiano. La semana pasada, la periodista llegó a España.
Alexiévich nunca ha sido bien vista por los simpatizantes del Kremlin, quienes no se han cansado de repetir que le dieron el Nobel 2015 por criticar al presidente Vladimir Putin. Pero ella sigue en su empeño de contar lo que la ‘gran historia’ suele omitir: “Los sentimientos de gente que creyó en el socialismo y luego se desencantó”, como explicó el martes 17 de mayo en un coloquio en Madrid.
Una lista oficial con las 50 personas de confianza de Putin empezó a circular hace unos años en Rusia. La escritora recordó que allí estaba toda la élite cultural del país y ella preguntó a algunos por qué se habían dejado incluir en esa clasificación: “Uno de ellos me dijo que tenía miedo de que su hijo perdiera su trabajo; otro, que temía por un negocio de su familia. Fue chocante, era la prueba definitiva de que estábamos derrotados. La élite cultural actual no ha podido enfrentarse al mundo. En Rusia se ha resistido mejor al gulag que al dólar”.
La bielorrusa soltó otra frase sorprendente ante su audiencia hispanohablante: “Hace poco estuve en Siberia y me decían que había que liberar Europa, porque Europa es un lugar gobernado por leyes homosexuales. No se puede comprender cómo esta gente, que hace solo unos años salió a las calles para pedir libertad, ahora piensa así.
¿Cómo ha podido suceder esta metamorfosis? Ahora hablamos de Putin, pero cada ruso lleva dentro un pequeño Putin”, afirmó la autora, de 67 años.
Ahora, Alexiévich escribe un libro sobre el amor, otro sobre la vejez y la muerte, pero sigue pendiente de la política: “Tengo la impresión de que vivimos una situación parecida a la de comienzos del siglo XX, antes de 1917. Pero predecir el futuro es imposible”. (I)