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Este trabajo se divide en una entrevista y varios ensayos

"La crítica periodística tiende a subestimarse"

La presentación se desarrolló como una actividad por el Día del Libro, en el centro cultural PalabraLab.
La presentación se desarrolló como una actividad por el Día del Libro, en el centro cultural PalabraLab.
Cortesía
26 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

“¿Se puede escribir de poesía después de Auschwitz?”, se preguntaba Theodor Adorno. Wilfrido H. Corral (Guayaquil) lo citó el sábado 23 de abril en el centro cultural PalabraLab, durante la presentación del libro Condición crítica (Antropófago, 2015). Esta actividad programada por el Día del Libro en Guayaquil estuvo a punto de suspenderse, pero sus participantes coincidieron en que con ella contribuían a retomar el sentido de continuidad, roto en los últimos días por el terremoto ocurrido en Manabí.

Corral llegó a Ecuador en un breve viaje, luego de dar su veredicto como miembro del jurado del premio de la Bienal Mario Vargas Llosa, entregado al chileno Carlos Franz. La presentación de su libro era impostergable y fue una de las pocas oportunidades para escuchar al académico, que reside en Estados Unidos desde la década del 70, hablar de literatura.

Condición crítica es un conjunto de ensayos. En sus capítulos, el autor trata temas como ‘La condición crítica del testimonio femenino’; ‘¿Qué queda del sesentayochonismo en los nuevos narradores hispanoamericanos?’, ‘¿Qué tipo de boom tenemos o quiere la crítica a más de medio siglo?’, ‘Bolaño, la crítica y ética del disgusto’ y ‘Los expertos y latinoamericanistas españoles y narrativa contemporánea’.

A modo de introducción a la obra aparece una larga entrevista entre el escritor guayaquileño Marcelo Báez y Corral, que inició con una publicación en el suplemento cultural CartóNPiedra. Esta conversación se prolongó durante más de un año por correo electrónico, skype, teléfono -a veces- y hasta WhatsApp. Con ella se aclaran puntos sobre la visión de Corral respecto a la crítica literaria en América Latina, que es su foco de acción. Esta entrevista introductoria convierte el libro en una obra de coautoría, en un diálogo, uno de los sentidos que le otorga Corral a su labor, tal como lo describe Báez en la introducción al sostener que para el ensayista residente en Estados Unidos la crítica “es un encuentro entre dos voces, la del autor y la del crítico, en el que ninguna tiene un privilegio sobre la otra”.

La docente y escritora Mónica Ojeda introdujo a estos dos autores haciendo hincapié en la ausencia de material, o referencias, ecuatorianas que se abordan en este trabajo y de las cuales Báez, a modo de periodista, pedía cuentas. Para Corral, la literatura ecuatoriana no fue su foco de acción. A pesar de que ha trabajado mucho el tema, su búsqueda ha estado en obras que ahora se consideran más universales, como la de Bolaño o Monterroso.

En la universidad pensó en trabajar su tesis sobre Pablo Palacio, a quien considera un maestro, pero encontró un trabajo estadounidense sobre el autor, que además de estar bien hecho, lo llevó a pensar que no tendría tanto material por trabajar. “No fue una decisión consciente no ser ecuatorianista, más bien tiene que ver con los cursos que tomé en la universidad. No había expertos en literatura ecuatoriana, ni expertos. Había gente que sabía, pero de los clásicos”, dijo Corral.

Su tesis terminó abordando la obra de un guatemalteco exiliado en México que en ese momento no era tan famoso, ni canónico, como ahora. Se trató de Augusto Monterroso. Ojeda considera que la insistencia que hizo Báez respecto a la crítica literaria en el país permite que Corral sostenga su postura sobre la crítica nacionalista, ‘a veces endogámica’, considerando que “la crítica ecuatoriana más interesante se produce en medios periodísticos, en suplementos y plataformas alternativos”.

Para Corral, esto se genera a partir del ‘tufillo elitista’ con el cual se manejan algunos críticos al utilizar y exacerbar un lenguaje academicista. Esto lo lleva a considerar que en los medios está la crítica emergente, en la que se requiere otro lenguaje. “La crítica periodística tiende a subestimar”, dijo Corral.

“Vale tener en cuenta que no tan paulatinamente los excesos críticos están haciendo que casi todos los que se dedican a la crítica tengan que ser vistos como parte de una secta endogámica que aumenta más y más el empleo de un lenguaje secreto que solo ellos entenderán”. Añadió que este síntoma se está infiltrado en España, en gran parte de Europa y creo que está llegando acá también”, dijo Corral. (I)

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