La Casa tiene que presidirse con vocación
Es absolutamente lamentable lo que está ocurriendo con la Casa de la Cultura, porque sin querer pensar mal, a priori, se ve que es como una competencia por un botín que puede tener distintos perfiles, político o empresarial; entonces nos deja en expectativa y parece que no hay ninguna otra opción sino una línea que impone el Estado, porque se considerará a la Casa dentro de un estamento legal que nos hace ver como si no tuviese autonomía.
El panorama es muy complejo yobedece a un proceso de transición que está sufriendo la Casa de la Cultura por sostener las ideas primarias de sus creadores, aquello de que en esencia es autonómica. La paradoja: debería ganar quien aplique las 2 opciones: una acción política y una acción empresarial -sin que se constituya en un botín-, y eso lo veo muy difícil en el panorama actual.
La situación es tan conflictiva que puede dar opción a varias lecturas. La mía es la opción en la que sí tiene que suscitarse una acción política y una empresarial, sin que sea un botín... aunque eso se huele. Si me preguntan quién me gustaría que gane, me iría por un hombre como Jaime Galarza; pero eso en este panorama no es posible. Porque la organización ahora no posibilita el acceso de hombres libres de pensamiento para que ocupen el cargo de Presidente de la Casa.
Leí las declaraciones de Marco Antonio Rodríguez en un diario nacional y dice que su gestión no ha tenido éxito y que está decepcionado; y cuando le preguntan esencialmente por qué, él contesta "por presupuesto". Entonces, la visión que se tiene sobre conducir esa institución es solo el presupuesto.
La institución necesita una verdadera entrega, de vocación para servir, como pensaban sus iniciadores, hablo de Benjamín Carrión, Joaquín Gallegos Lara, Enrique Gil Gilbert, Leopoldo Benites Vinueza, Alfredo Pareja Diezcanseco... me canso de nombrar a estos patriotas a quienes amo y respeto y cuyo camino trato de seguir.