La canoera navegará en un río de ficción teatral
Para ella, la tierra guarda muchas penas y prefirió llevar su vida al río, en el que siente mayor comodidad y está alejada de la sociedad.
Aunque transita sin ley, siempre va acompañada del ruido de las aguas, de la noche y de un tolerante cocodrilo que escucha atento cada historia que atesora
La canoera es el personaje del cuento de la dramaturga ecuatoriana Delia Pin Lavayen, autora de esta obra creada en 2016 y que desde 2017 la llevó al teatro bajo la dirección de Augusto Enríquez, fundador del Grupo Kurombos.
La tercera obra literaria la construyó con detalles de su personalidad. “Soy un poco antipática con la cuestión social y esa es mi verdad, así como la de esta mujer”, confiesa la actriz de este monólogo, de 40 minutos, con la coreografía de Omar Aguirre.
Un personaje aguerrido y triste
La canoera no habla de la soledad ni de la lucha social, se centra en su dolor. Tampoco rompe la cuarta pared, pues la intención es compartir sus vivencias, hablar de sus familiares y conocidos que siempre evoca.
“Todas las tristezas de la canoera las transforma en ficción. Por ejemplo, cree que su hijo fue robado en la noche o que el río no es bueno y que está en su contra. Considera que todos los personajes de la naturaleza son hostiles, aunque les cree, pues viven alrededor de la naturaleza a la que la canoera le tiene revancha”, dice esta artista independiente, quien trabajó medio año en la puesta en escena.
“A ella no le gusta vivir en la tierra, prefiere vivir en el río porque, dice, la tierra es muy mala. En la tierra hay muchas penas; las almas vivas y muertas vienen de la tierra. Ella desde el río puede ver cómo las penas nacen, crecen y se reproducen como árboles que viven eternamente”, explica Pin sobre una parte del texto en el que describe su perfil.
“Lo que quiero transmitir con este personaje es que la ficción no muera, que tiene que existir porque no se puede vivir de tragedia en tragedia, sino que también tienes que crear en esa tragedia y como la llevas”, manifiesta la también autora de la obra Diamara.
La connotación de los elementos
Un barquichuelo es el espacio donde permanece esta aguerrida mujer que navega sobre las aguas de una ficción que le atenúa sus lamentos y Fulgencio, su reptil mascota, demuestra que no está a su lado por el interés de ser alimentado, sino porque admira sus cuentos.
Enríquez y su esposa Miriam Murillo colaboraron en la creación del vestuario para que se desenvolviera con comodidad al interpretar a los otros personajes que les da vida.
“Fue un apoyo total de Augusto y Miriam sobre el vestuario, con una idea mutua, porque este personaje es mayor, no es una mujer de 40 sino de casi 60 años. Entonces hay cosas en la obra que suceden en que ella se transforma en río, en cocodrilo, en la noche; actúa con un juego de personajes y voces”, señala la actriz a quien le confeccionaron una bata práctica y funcional para el movimiento escénico.
Augusto Enríquez, director del monólogo, destaca la labor artesanal de los colaboradores que trabajaron tras escenas.
Por ejemplo, Fernando Arboleda elaboró las máscaras para que la actriz se transformara en cada uno de los perfiles que evoca, como su hijo, su exmarido y sobre su identidad, como la red de pesca y una botella con licor que habla de sus debilidades.
“El cocodrilo, sobre todo, hace reflexionar a la canoera de su situación en constante soledad al vivir en medio del agua y en su canoa”, señala el director.
Agrega que el conflicto del personaje va hilado con cada uno de los roles que interpreta Delia en un monólogo que expresa la triste vida de esta protagonista.
“La reflexión que queremos dar es rescatar la ficción. Últimamente lo que vivimos dentro de la universalidad de internet es que todo sea inmediato y se han perdido esos momentos mágicos de la vida, de la relación con lo imaginario. Este personaje nos impele a eso, a la búsqueda de rescatar los momentos que tiene que ver con la poesía, la magia y el misterio”, expresa el director.
Cuenta que la propuesta de Pin le pareció interesante por la seriedad y el profesionalismo con los que trabajó con él, pues colocó en sus manos una puesta en escena que desarrollaron desde enero con investigación, estudio y práctica.
“Lo ensayamos prácticamente todos los días para buscar los elementos, tanto dentro de la escena como de la interpretación de la actriz, y lograr que el producto sea una pieza que llegue al espectador con esa magia del personaje de La canoera”, declara el maestro.
Enríquez adelanta que este guion les abrió las puertas al Festival Internacional Cultural de Artes Escénicas (Ficaes), que se realizará en Perú, donde lo presentarán por primera vez en la provincia de Chimbote, desde el 1 hasta el 6 de junio de este año.
En Guayaquil, La canoera estará en cartelera de la Sala Demetrio Aguilera de la Casa de la Cultura, ubicada en la Avenida 9 de Octubre, entre Pedro Moncayo y Machala, mañana y el próximo viernes 18 de mayo, a las 19:30. La entrada cuesta $ 5. (I)