La batalla por el “Trono de Hierro” literario se televisa
En este siglo se vive una era de “marketing de guerrilla”, que implica que un publicista o un artista dedicado a la promoción de su obra (música, libros, cine independiente, obras de artes plásticas, teatro y otras fórmulas de creación), es más proclive, actualmente, a desarrollar campañas de relaciones públicas y de relaciones con los medios, que a emprender proyectos costosos a través de la publicidad pagada en medios tradicionales.
Esto porque es un proceso más económico y ofrece una gran credibilidad: ante los ojos de las audiencias, una entrevista o un reportaje hecho por un periodista profesional, históricamente ha tenido más credibilidad que un anuncio pagado. Sin embargo, una “nueva forma” de difundir los libros es su adaptación al lenguaje audiovisual, no solo al cine, sino a la televisión, particularmente a las series.
Interesantes han sido los casos de series como True Blood y The Vampire Diaries, basadas en los libros The Southern Vampire Mysteries, de Charlaine Harris, y en la saga homónima de L. J. Smith, respectivamente.
La primera tuvo un primer episodio, cuyo porcentaje de audiencia no fue tan bueno como se esperaba, pero el segundo obtuvo una remontada del 24% haciendo que la HBO (Home Box Office), cadena de televisión por cable que la transmite y produce, se decidiera a encargar una segunda temporada, además, después de un estreno en el que no alcanzó los 2 millones de audiencia, esta fue aumentando paulatinamente, llegando a situarse en los 3,7 millones en el estreno de la segunda temporada.
Esto colocó a la serie como la más vista en HBO desde el final de Los Soprano y supuso un aumento de audiencia del 157% desde su estreno en 2008.
The Vampire Diaries consiguió con su estreno reunir a 4,8 millones de espectadores y aunque se temía una bajada notable en la audiencia con el estreno de temporadas de otras series representativas de la TV estadounidense, la serie ha continuado sus posteriores episodios con una audiencia por encima de los 3 millones de espectadores. Caso aparte es la mega producción Game of Thrones, que tiene en su reparto a reconocidos actores británicos, actores de carácter, pero muy integrados al sistema de estrellas de Hollywood, como Sean Bean, Peter Dinklage y Mark Addy.
Tal vez su historia situada en la era medieval tiene punzantes y bien elucubrados diálogos o personajes ricos en textura, pero Game of Thrones ha calado rápidamente entre el público mundial y más de uno se pregunta cuál de los 7 líderes de los Siete Reinos de Westeros se quedará como dueño del Trono de Hierro. En realidad Game of Thrones es el título del primer volumen de la serie de novelas de fantasía Una canción de hielo y fuego, del autor George R. R. Martin y cuya adaptación para TV bajo el nombre exclusivo de esa primera novela ha corrido por cuenta de David Benioff y D. B. Weiss, para la cadena.
“Todos los enanos son bastardos a los ojos de sus padres”, enunciaba Tyrion Lannister –de acuerdo con la crítica especializada, como la de The New York Times, el personaje más cercano a un héroe en Game of Thrones-, interpretado por Peter Dinklage, en el episodio 1 cuando Jon Snow le insiste en que él no entiende el dolor de ser un bastardo…
“No voy a deshonrar las últimas horas de Robert derramando sangre en sus salones y arrastrando niños asustados fuera de sus camas”, sentencia el personaje más honorable de Game of Thrones, Lord Eddard. “Ned” Stark, Señor de Invernalia, obligado a aceptar el cargo de mano del Rey, interpretado por Sean Bean, Boromir en la adaptación cinematográfica de El Señor de los Anillos, de John Ronald Reuel Tolkien.
Benioff y Weiss han sido astutos al manejar el asunto de la adaptación, ya que la crítica identifica que la primera temporada está claramente basada en la primera novela de la serie Una canción de hielo y fuego. Ellos fueron contratados como escritores y productores ejecutivos de la serie, una vez que los derechos de la novela fueron adquiridos en 2007.
El acuerdo era que una temporada cubriría el material de una novela, pero la correspondencia entre temporadas y novelas adaptadas es más bien aproximada que exacta: Bernioff y Weiss han dicho que piensan en Game of Thrones como una adaptación de la serie entera de novelas, más que de libros individuales y eso les genera la libertad de mover escenas atrás y adelante a través de los libros, según lo requiera la adaptación a la pantalla.
Al autor de las novelas se le ofreció escribir un episodio por temporada, además del cargo de coproductor ejecutivo, pero con el tiempo ingresaron como escritores Bryan Cogman (cuarto episodio de la primera temporada) y Jane Espenson (sexto episodio de la primera temporada).
“Los Soprano en la Tierra Media” fue el tagline que Benioff en tono de broma sugirió para la adaptación televisiva, refiriéndose al contenido lleno de intriga y tono sombrío desarrollado en una locación de mundo de fantasía. Antes, George R. R. Martin, autor de la serie de novelas, recibió un par de propuestas para llevar su obra al cine, pero se negó al considerar que, por su extensión, no podría adaptarse bien a una sola película.
Juzgó la posibilidad de realizar una serie de televisión, pero las numerosas escenas de sexo y violencia serían un problema y creyó que HBO “era la única solución”. Los libros inspirados en la historia medieval, especialmente en la Guerra de las Dos Rosas, han vendido 2,2 millones de copias en los Estados Unidos y apenas van 5 obras publicadas de un total de 7. La cuarta, titulada Festín de cuervos (A Feast for Crows, 2005- traducción de Cristina Macía, publicada por Gigamesh en 2007) alcanzó el primer lugar en la lista de best sellers de The New York Times.
La serie de libros está narrada en tercera persona a través de los ojos de varios personajes. Para el final del cuarto tomo ha habido veinticinco puntos de vista, incluyendo ocho personajes que sólo han aparecido una vez. Aunque situada en un mundo ficticio y a pesar de que Martin haya citado a J. R. R. Tolkien, Jack Vance y a Tad Williams como sus influencias, la serie difiere de las obras de estos autores porque se interesa en y utiliza más los elementos realistas que los fantásticos.
Sin embargo, la serie de televisión Game of Thrones, de acuerdo al diseñador de juegos de video, crítico e investigador Ian Bogost, continúa una serie de exitosas adaptaciones literarias a la pantalla, empezando en 2001 con la trilogía de películas El Señor de los Anillos, de Peter Jackson, y continuando con los filmes de Harry Potter, que han establecido la fantasía como un lucrativo género de mercado masivo y que sirven como “drogas de entrada a la cultura del fanático de fantasía”.
En CNN.com se escribió en anticipación al estreno de la segunda temporada –que ya se emite mundialmente desde el 1 de abril-: “Luego de este fin de semana, puede ser fuertemente presionado a encontrar a alguien que no sea un fanático de alguna forma de fantasía épica”.
La popularidad de la serie de TV propulsó las ventas de Una canción de hielo y fuego, que rápidamente se reeditó en ediciones empatadas con los estrenos de las temporadas, que se mantienen en la cima de las listas de best sellers por varios meses hasta ahora. Lo único que le ha traído censuras en televisión es el material de contenido sexual que provocó que en los Emiratos Árabes Unidos la cadena Etisalat, que transmite Game of Thrones, interrumpa la transmisión del segundo episodio de la segunda temporada.
La serie televisiva está en las listas de lo mejor de 2011 de varios medios estadounidenses, incluidos el Washington Post y Time. Para marzo 7 de este año, Game of Thrones tiene un promedio de 79 sobre 100 en el sitio de crítica del público Metacritic, basado en 28 reseñas críticas, categorizándola en el apartado “generalmente favorable”. Variety escribió: “tal vez no haya show más rentable para su cadena como lo es Game of Thrones para HBO. Totalmente producido por la cadena de televisión pagada y ya un fenómeno mundial luego de solo una temporada, la materia prima de la fantasía fue una apuesta que rindió frutos hermosamente”.
Para el interesado en ver la serie de TV, mención aparte merecerán las mujeres protagonistas en un historia claramente medieval. Sin contar el hecho de que “Ned” Stark enseñara a pelear a su hija, marcándola como una suerte de campesina noble.
Sin querer hacer publicidad gratuita, hay que reconocer que en la televisión se ha creado un gran mercado para las adaptaciones literarias, especialmente en el canal de televisión por cable HBO, productor y/o emisor de series como True Blood, Game of Thrones, Boardwalk Empire, Band of Brothers, John Adams... Otro caso son las series juveniles como Pretty Little Liars y Gossip Girl para TV, The Hunger Games, Twilight y la trilogía Millenium para cine.