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Los productores entregan el 5% de sus ganancias a un fondo común

La audiencia y taquilla del cine colombiano crecen

Colombia pasó de estrenar 4 largometrajes en salas nacionales a 28 en 2014, según cifras oficiales.
Colombia pasó de estrenar 4 largometrajes en salas nacionales a 28 en 2014, según cifras oficiales.
Foto: elobservador.com.uy
10 de enero de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

La creación de una industria cinematográfica, a través de una política estatal, puede tener en Colombia un modelo. En el año 1997 se creó la Administración del Fondo Cinematográfico, llamada Proimágenes (organización similar al Consejo Nacional de Cinematografía-CNCine), y tuvo un proceso histórico, comparable al de Ecuador, es decir los cineastas fueron los artífices de las leyes que rigen su actividad, hace décadas.

Claudia Triana, directora de Proimágenes, le explicaba al diario español El Confidencial que, durante la primera semana de 2016, en el marco de la I Ventana del Cine Madrileño (organizada por la Asociación Madrileña del Audiovisual), el origen y las claves de su modelo.

Una de las primeras acciones de Proimágenes (tras conseguir que todas las decisiones relacionadas con el séptimo arte fueran tomadas por el área de cultura y no por otros ministerios) fue crear una ley del cine.

Una legislación “que no fueran solo palabras bonitas, sino que aportara recursos reales a la industria”, ha descrito el periodista Javier Zurro. “Siempre nos quedábamos en el último momento sin las fuentes de financiación”, explicaba Triana. La ansiada ley llegó en 2003.

El resultado: desde su creación la taquilla colombiana ha crecido el 5,6% de media y se ha pasado de estrenar 4 largometrajes nacionales a 28 que llegaron a las salas en 2014. Cifras similares se manejan en las de Ecuador.

Un total de 6 países (Colombia, Ecuador, México, Uruguay, Bolivia y Perú) integra la plataforma regional para la distribución audiovisual +Cinelatino, una iniciativa que, en 2012, obtuvo apoyo financiero del programa Bienes Públicos Regionales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a través de la cual han podido compartir sus experiencias.

Este proyecto fue seleccionado en 2012 entre otros 95 aspirantes al fondo de financiación, con el objetivo de “promover iniciativas con un alto potencial de impacto en el desarrollo”.

Tributos de los productores y artistas

En entrevista con este diario, durante su última visita al país, en octubre de 2015, Adelfa Martínez Bonilla, contaba que el fondo para la producción fílmica en su país “se alimenta con las ganancias de taquilla de productores, exhibidores y distribuidores”. Esta comunicadora ha estado durante 5 años al frente de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura colombiano.

Ella indicó que los distribuidores aportan para este fondo de cine con el 8,5% de sus ganancias y los productores, el 5%. El fondo tiene un recaudo mensual y está dirigido en Colombia por el Consejo Nacional de Cine, el cual tiene “representatividad integral” del sector: el Gobierno; el Ministerio de Cultura, la Dirección de cinematografía con representantes de cada ámbito, técnicos, creativos y consejos departamentales de cine, que hay en las 11 regiones colombianas.

La asistencia al cine, en general, ha crecido exponencialmente en 2015: alrededor de 10 millones de espectadores adicionales, con relación a 2014, van a las salas y 4.330 millones de pesos ($ 1 millón y medio) se entregarán en la convocatoria de ficción en todas las modalidades, de producción de largo y cortometraje.

Este mecanismo se beneficia, además, de exenciones fiscales que especifica Zurro: “El Gobierno colombiano ofrece una deducción fiscal del 40% para favorecer los rodajes. El sistema funciona”.

El gravamen a los exhibidores no es solo para los títulos colombianos, por lo que el éxito de las producciones norteamericanas ayudaría a financiar nuevos filmes nacionales.

Una práctica muy parecida a la que hay en Francia, donde parte del dinero de la entrada de cine se reinvierte en la industria, algo que puede integrarse a la Ley de cine ecuatoriana.

Martínez Bonilla habló, incluso, de los nuevos proyectos en su país: “Estamos implementando el programa Colombia Película, con el que estamos llegando, más allá del circuito comercial, a los escenarios regionales, en donde están haciendo un trabajo comprometido con la formación de públicos, pero son escenarios en donde no existen salas de cine comerciales, estamos hablando de las bibliotecas públicas, de casas de la cultura, de cineclubes, de programaciones comunitarias que tienen exhibición permanente, a los que proveemos, a través de las colecciones”. (I)

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