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La arquitectura moderna y la necesidad de investigar

La arquitectura moderna y la necesidad de investigar
19 de abril de 2013 - 00:00

19-4-13-culruta--arquitecturaCon el esclarecimiento de los mitos de la Arquitectura Moderna y por la necesidad imperiosa de hacer buena arquitectura en el presente, se vuelve imprescindible promover proyectos de investigación que documenten de manera rigurosa este patrimonio. Usaremos las reflexiones plasmadas en el libro El Proyecto Moderno. Pautas de Investigación de Teresa Rovira y Cristina Gastón, con la colaboración de Pedro Strukelj y Augusta Hermida, para explicar la metodología de aproximación a esta arquitectura.

El proceso de investigación de la Arquitectura Moderna debe tener connotaciones científicas, y aludir a la precisión, al rigor, al esclarecimiento y a la constatación. Aún sabiendo que la arquitectura es arte, se aplicará el método científico, de modo que se pueda estudiar el fenómeno tal como se presenta en la realidad y extraer el principio general implícito. Se debe investigar para mejorar el discernimiento sobre el hecho arquitectónico moderno y para facilitar el reconocimiento de la arquitectura, para lograrlo es necesario saber los aspectos en los que hay que detenerse, encauzar el punto de vista y brindar herramientas para operar con el material de manera eficiente. Como arte y ciencia el producto de la investigación debe presentarse de un modo adecuado. En la investigación de la Arquitectura Moderna, el arquitecto debe experimentar el proyecto como el proceso en el que se aplica un sistema formal que resuelve y trasciende todas las condiciones dadas. Al ser numerosas las circunstancias que pueden incidir en el proyecto el acercamiento debe ser el del proyectista y ha de basarse en la capacidad de ver las obras desde dentro. Esto exige conocimiento e imaginación en donde no se ve al proyecto como resultado de la iluminación. Se debe buscar la documentación del proyecto sobre la que se elaboran las propias conclusiones, pero sobre todo la capacidad de ordenar y reordenar este material. Interesa no solo el hecho acabado sino las razones de su concepción y desarrollo.

Es lamentable la noción trivial incluso de los proyectos emblemáticos de arquitectura. Es usual la mirada frívola de imágenes de las que se obtiene información parcial e inconexa sobre el proyecto. Es necesario observar y documentar los procesos del proyecto y tener referencias verificadas que nos permitan aumentar la conciencia sobre el acto de proyectar y establecer los valores del proyecto. Un trabajo de investigación debe aportar precisión sobre algún hecho arquitectónico, encontrar y explicar algo no constatado anteriormente, desvelar un criterio u orden implícito y justificarlo con el material que se presente. El investigador se plantea los mismos problemas que el arquitecto, se formula las mismas preguntas, comparte los mismos intereses y habla el mismo lenguaje. La crítica arquitectónica debe ser vista como un procedimiento que evita que la teoría y la práctica se desarrollen aisladamente. Se propone una mirada directa de la obra a través del uso de los medios que el arquitecto tiene: la representación gráfica, el dibujo y la imagen. No se trata de despreciar la expresión verbal, se trata de pedirle precisión y solvencia. No queremos que se use  con prisa una serie de términos vagos basados en conceptos genéricos o expresiones cargadas de valores que por su uso plantean más preguntas que las que responden.

El proyecto se resuelve con medios arquitectónicos y es imprescindible usar un lenguaje lo más objetivo posible para poder acercarse a la obra. Se recomienda afrontar el proyecto directamente centrando la atención a la realidad física, geométrica y constructiva del mismo. Resulta seguro el empleo del dibujo y la imagen, las mismas herramientas que le sirvieron al autor en el proceso de concepción. El dibujo nos obliga a mirar y a preguntarnos sobre aspectos físicos concretos del edificio, permite tomar conciencia de sus dimensiones y de sus elementos. La selección y la edición de las imágenes restituyen la apreciación del edificio. El estudio  destacará hechos arquitectónicos medibles y verificables, de los que se pueda tener material gráfico. En los buenos proyectos los diferentes aspectos de decisión están conectados, lo cual permite pasar de unas circunstancias a otras y descubrir el hilo conductor de todas ellas. La confrontación de un edificio con otros es un mecanismo que ayuda a reconocer la arquitectura del proyecto: versiones del mismo proyecto, comparación de dos obras del mismo autor, etc. En definitiva se trata de encontrar un tema arquitectónico y formular bien las preguntas que conllevan el reconocimiento implícito de la cuestión que se trata de aprehender.

La compilación del material debe ser exhaustiva. Nos podemos encontrar con documentos gráficos originales o reproducciones en libros y revistas, esbozos a mano, planos finales, fotografías, memorias, textos críticos, etcétera. Se debe ordenar el material, registrar su origen, autor, fecha, etc.; y, posteriormente, filtrarlo para quedarse con lo sustancial. La estructura general de cada trabajo variará de acuerdo al tema a tratar, pero dada la importancia que tendrá la documentación gráfica en estos trabajos y dada nuestra formación de arquitectos, hay que destacar la capacidad de las sucesiones gráficas para estructurar el trabajo y la aptitud del destinatario para reconocerlas. El texto ha de ser preciso y eludir omisiones. La prueba de que texto y gráfico son necesarios será la imposibilidad de cambiar uno y otro sin que el discurso pierda sentido. Todo esto supone cuidar el diseño de cada página.

El trabajo comienza con una nota acerca del modo que se ha llegado al tema, los antecedentes, el material con el que se cuenta y la bibliografía localizada. Se explica el modo como se ha elaborado el material inicial, las fuentes de consulta y el punto de vista del estudio. En caso de existir material gráfico sobre el proceso seguido se podrá proponer una hipótesis de la evolución y del camino seguido hasta la solución definitiva, en otros casos se podrán comparar diferentes versiones sobre el proyecto. Se pone la obra en relación con el resto de la producción del arquitecto, indicando sus precedentes, identificando criterios comunes o la contribución específica del caso estudiado. Además se debe poner la obra en relación con otros edificios contemporáneos estéticamente análogos para restituir su sentido histórico. Se anexa la bibliografía existente sobre el tema, seleccionada y valorada adecuadamente, así como el listado de créditos de imágenes y dibujos.

Con esta metodología, desarrollada ampliamente en el libro El Proyecto Moderno. Pautas de Investigación, la Maestría de Proyectos Arquitectónicos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca, ha llevado adelante más de 60 investigaciones sobre Arquitectura Moderna en el Ecuador y el mundo. Parte de estas investigaciones se han plasmado en tres libros “Miradas a la Arquitectura Moderna en el Ecuador”. Tomo I, Tomo II y Tomo III, así como en el libro   La Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca. Álvaro Malo. 1973-1977, de Pedro Samaniego. Al momento nos encontramos preparando el libro Reflexiones sobre la Arquitectura Moderna.

Los procesos de investigación nos han permitido descubrir y redescubrir arquitectura de calidad que no estaba documentada y cuya información estaba, en algunos casos, en el límite de desaparecer. Estamos orgullosos de los resultados obtenidos. (3 de 3)
*Directora del Centro de Postgrados. Facultad de Arquitectura. Universidad de Cuenca. Presidenta de Docomomo Ecuador.

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