Jorguez, el joven pintor que decidió envejecer como artista
De tiempo en tiempo recalan en el puerto propuestas pictóricas atrayentes. En esta ocasión la oferta llegó desde Bolivia, de la mano de José Jorguez, joven pintor que mostró su trayectoria plástica en 30 cuadros trabajados en acrílico, óleo y acuarela. “Obras que nos duelan, le exigía Kafka a la literatura y, justamente, eso es lo que expresa el ciclo del pintor cochabambeño”, apuntó el poeta Luis Carlos Mussó durante la presentación de la muestra que se exhibe, desde el miércoles anterior, en el museo Luis Noboa.
En los cuadros de José Jorguez -continuó Mussó- se puede notar una especie de crónica cromática, un inventario en el que se registra lo que su mirada y su sensibilidad de artista captan. Pruebas al canto, afirma Mussó, es la pintura Las venas abiertas de América Latina, -que toma el título del libro de Galeano para reinterpretarlo desde la plástica- que nos representa el mundo dislocado y segmentado en que habitamos.
30 cuadros trabajados en acrílico, óleo y acuarela se exhiben en el museo Luis Noboa Naranjo.José Rojas Rodríguez (Jorguez) nació en Cochabamba, en 1985. Aunque comenzó estudios de arquitectura, pronto se percató de que su camino estaba en el arte. “Tomé el difícil reto de envejecer como artista”, dice Jorguez. A partir de ahí “tomando a la naturaleza como maestra, decidí aprender de los impresionistas, no obstante que tenía profesores (Fernando Antezana, Luis Hinojosa, Hans Hoffmann) que hacían arte contemporáneo”, enfatiza el pintor.
Jorguez, a diferencia de las nuevas olas en el arte, prefiere a los clásicos. Se declara un estudioso de la pintura del Renacimiento, en especial de Rafael y Leonardo. Pero reconoce que su mayor admiración va para los barrocos: Caravaggio, Rubens, Velásquez y Rembrandt. La influencia de estos maestros se puede notar en el manejo de la luz en sus cuadros de personajes (viejos, jóvenes).
“Me ayuda que el dibujo se me da muy fácilmente”, dice Jorguez. “Puedo organizar el caos ayudado con el color y hasta captar la psicología de las modelos. Eso se expresa en mis cuadros”.
A decir de Pepe Luque -acuarelista boliviano radicado en Ecuador- el carácter de los lienzos de Jorguez tiene un lenguaje muy nuestro, el amerindio, que irrumpe en lo social y nos lleva de la lozanía de la juventud a la agonía de la vejez, con una técnica en el color y la composición muy depurados, con un claro mensaje: la vida.
Con más de 22 exposiciones individuales y colectivas realizadas entre 2007 y 2013, en galerías de Bolivia y Ecuador, José Jorguez también ha obtenido algunos reconocimientos por su obra:
Mención de honor en el concurso nacional “pintando imágenes de totora”, en 2008; premio único de grabado en el concurso nacional “14 de septiembre”, realizado en Cochabamba, en 2010; primera mención en el concurso nacional de acuarela, La Paz, 2010.
En 2006 realizó un mural de 12 metros para la Universidad Mayor de San Simón, de Cochabamba.