Publicidad

Ecuador, 28 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Punto de vista

Jorge Yépez: 50 años de andanzas con el pincel en la mano

Jorge Yépez: 50 años de andanzas con el pincel en la mano
01 de septiembre de 2015 - 00:00 - Aníbal Fernando Bonilla

El hálito artístico mueve y conmueve en el trazo recreado por Jorge Yépez Bustos (San Gabriel, 1946), conocido en su entorno como el “Cocho”; personaje dinámico en medio de sus andares e inquietudes ciudadanas.

La obra de Yépez -cuyo suelo adoptivo es Imbabura- es un acumulado de vivencias traducidas al lienzo con la mágica mirada del ser andino. En su trajinar se advierte la sensibilidad por reivindicar las tradiciones y costumbres de aquellos pueblos que surcan sueños aún inconclusos. De aquella gente que desde el anonimato engendra con sus hábiles manos, artesanías, así como también, produce actividades agrícolas y gastronómicas que se suman a las identidades de la Sierra Norte del Ecuador.

Jorge Yépez (cuya obra permanecerá expuesta en el transcurso de este mes de septiembre en la Galería de la Prefectura de Imbabura) ejerce el oficio de la pintura con absoluta responsabilidad, en una tarea que le brinda satisfacciones, sin embargo, de las dificultades que implica atravesar los espíritus del arte. Es un testigo ocular de su tiempo y de su espacio, quien a través de la paleta ensoñadora expresa los códigos visibles y ocultos de la condición humana. El “Cocho” desde una mirada pedagógica -tal vez por su experticia docente-, nos enseña con apego telúrico, las bondades de huarmis y hombres del campo y de la ciudad que dejan su huella a partir de la faena cotidiana, sin academicismos, sino, con la sabia lección que asigna la experiencia.

Colores múltiples inundan sus bellos cuadros que nos devuelven la esperanza y el regocijo por la vida. Es un canto que emana de las siluetas infantiles entre rondas y juegos iniciales, es la semilla que reposa en la tierra ante las sensibilidades del labrador, es el sonido de los telares ancestrales de nuestros taitas, es la fuerte cromática de los ponchos y fachalinas, es la amalgama de líneas y tejidos autóctonos, es el florecimiento de saberes y el desgrane del maíz, es la pujanza heredada de la pala y el recurso del junco que emerge del humedal.

Los celestes, violetas, dorados, anaranjados, verdes, grises, marrones, se entrelazan desde la gestación primaria para trascender en tonos más fuertes con temática terrígena y de raigambre popular, con el olor de los alimentos del alma, con la inocencia de la niñez y los gestos sencillos de seres no exentos de melancolía. A su vez, se retratan mujeres con una poética de la ternura, la voluptuosidad del encanto y la profanación, los ojos atentos y abiertos ante el acecho, el verdor de los muslos de marfil, la desnudez como epifanía entre la estética y la emancipación, la fertilidad del vientre y los cuerpos anhelantes de afectos fundidos en el erotismo que abraza la noche. La paisajística de las sementeras junto con las montañas y los ríos también forman parte de la preocupación creativa. Sobresalen sus series: “Las tejedoras y sus poemas de amor”, “Ventanas” y “Retazos de cielo”, en composiciones que determinan el camino del autor.

Jorge Yépez en sus 50 años de quehacer pictórico ratifica su vocación cardinal: ser intérprete de los hechos, lugares, objetos y entes que le circundan, a través de dibujos que atrapan el interés del espectador(a) en un válido ejercicio comunicacional en donde la originalidad irradia simbologías únicas y a la par universales, en plena cosecha.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media