Interculturalidad será la clave del Museo Nacional

La mayor institución museística del país está cerrada desde noviembre de 2015 y los desafíos de su reconstrucción y reapertura —anunciados para fines de este año— se analizaron esta semana, en Quito. Las colecciones museológicas como forma de control del patrimonio —y de la información que contiene cada pieza arqueológica— fue el tema abordado por Andrea Moreno en el encuentro internacional ‘Desafíos del nuevo Museo Nacional del Ecuador’, que se realiza hasta hoy en el Hemiciclo de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).

Para la especialista, las condiciones de movilidad —con fines de preservación o crecimiento— y descontextualización de las piezas son aspectos a considerar además de los conflictos que generan fenómenos como el saqueo, el tráfico ilegal de bienes arqueológicos o huaquerismo. La ordenación de las colecciones del Museo Nacional del Ecuador (MNE) estaría catalogando 24.000 piezas de su reserva.

“¿Entre qué estrategias giran las colecciones y exposiciones que se han producido? y ¿cuáles son los ángulos en que han sido construidas esas colecciones?” fueron las primeras preguntas que formuló Moreno, desde la museología crítica —tendencia museológica de fines del siglo XX—, disciplina que planteó, hace más de 2 décadas, la necesidad de replantear las perspectivas en torno a “construcciones, imaginarios, narrativas y discursos de los museos en una constante interacción —entre públicos, colecciones y curadores— que debe comprenderse en el campo de las lecturas, la educación y los usos de la historia”. Las nociones de identidad, cultura, nación y conocimiento atravesarían las prácticas museológicas.

La interculturalidad como meta

Este encuentro es un trabajo que permitirá repensar la museología en el marco de la Constitución de 2008, que reconoce un Estado plurinacional e intercultural, dijo Ana Rodríguez, ministra de Cultura y Patrimonio. “Es necesario mantener enfoques renovados en torno a la memoria y el patrimonio que superen visiones tradicionales”, señaló al inaugurar el encuentro en que educadores, antropólogos, curadores y museógrafos analizarán los avances del proyecto de reconstrucción del Museo Nacional.

Las nuevas curadurías del museo se trabajarían de manera colectiva en el marco de la Ley de Culturas que genera una institucionalidad postergada para estos espacios. Para Rodríguez, se debe entender la dimensión comunitaria como un compromiso de trabajo desde el museo, “que permita a la ciudadanía proponer procesos de educación popular de incidencia en las agendas programáticas de la cultura”.

Moreno, por su parte, dijo que la discusión entre curadores continúa en torno a un conflicto no resuelto: si las piezas museísticas deben salir de los centros hegemónicos hacia sus territorios de origen.

Las condiciones de equidad en el marco de una sociedad plurinacional e intercultural serían la mayor modificación que implicaría la readecuación del museo, cuyas puertas permanecen cerradas y a cuyas colecciones —según el subsecretario de Memoria Social del Ministerio de Cultura y Patrimonio, Joaquín Moscoso— se puede acceder mediante una solicitud a esa entidad pública.

Para Luis Páez, coordinador estratégico del Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano, el nuevo MNE permitirá articular el Sistema Nacional de Cultura con el Sistema Nacional de Educación, para que museos, bibliotecas y archivos sean el punto de convergencia entre ambos sistemas: “Debemos articular la educación y la cultura mediante los repositorios como espacios inclusivos que mantienen viva la memoria y el patrimonio”.

El crítico de arte y curador francés Bernard Marcadé —otro de los invitados al evento— dijo que la diversidad que este programa nacional planea integrar al MNE marca la diferencia con la museografía europea, lo cual descentraría la noción de museos occidentales, para situarlos en un nuevo territorio y época de la historia del arte. (I)