Informe confirma que García Lorca fue víctima de un crimen político

El grupo de teatro universitario La Barraca llevó el teatro a pueblos perdidos en el mapa español y los entretelones del fusilamiento de uno de sus directores, el poeta Federico García Lorca, en 1936, se perdieron en la historia pese a las evidencias en torno a la ejecución.

Durante la década de los 60, un calcetín sirvió de escondite para la extracción del único documento oficial que existía hasta ahora sobre la muerte del autor de Bodas de Sangre. Su partida de defunción, datada en 1940, fue sacada de España en el calzado del investigador Agustín Penón, según el testimonio que el profesor de Literatura en la Universidad de Georgia Fernando Valverde le dio a la periodista madrileña Tereixa Constenla.

“Penón nunca llegó a publicar nada, pero dejó una maleta llena de documentos de la que luego tirarían otros investigadores”, le recordó Valverde a la reportera de diario español El País.

Luego señaló que “La partida (de defunción) recogía el eufemismo que se usaba entonces (muerto ‘por heridas en actos de guerra’) pero al menos dejó de decirse que había sido un ajuste de cuentas”.

La documentación oficial que demostrase la implicación de las autoridades de la Dictadura en la detención y muerte del poeta estaba fragmentada pero la Cadena de noticias SER difundió un informe policial y algunas cartas ministeriales que sumarían más pruebas.

El informe policial, ya reconocido por historiadores y familiares del poeta, es un relato mecanografiado el 9 de julio de 1965, en Granada, por un policía que, pese a que no se identifica, no deja dudas sobre la responsabilidad política de las fuerzas sublevadas en la desaparición de García Lorca.

“En el cuartel de Falange, instalado en la calle San Jerónimo, se hallaban el jefe de bandera don Miguel Rosales Camacho cuando en él se presentaron el diputado obrerista por la CEDA, don Ramón Ruiz Alonso, don Juan Trescastro, don Federico Martín Lagos y algún otro que no ha podido precisarse, con una orden de detención dimanante del Gobierno Civil contra FEDERICO GARCÍA LORCA”.

La sobrina del autor, Laura García Lorca, valoró la trascendencia histórica de  “un documento interno del régimen de (Francisco) Franco reconociendo que fue un crimen político. (En el informe) la policía reconoce lo que ya sabíamos: que fue un crimen político motivado porque le consideraban socialista, amigo de Fernando de los Ríos, masón y homosexual”, concluyó. (I)