Infografía, el diferenciador en tiempos de likes
19:32. Un post de Facebook indica que ocurrió un accidente. De inmediato varios usuarios comparten esa información y empiezan a llegar las fotos. A los pocos minutos, el post cuenta con una legión de “likes”, varios “me enoja”, uno que otro “me entristece”... El periodismo está en manos de todos: presencian un hecho, lo narran con uno u otro dato certero y unas que otras faltas de ortografía (los usuarios las perdonan sin mayor lío) y nos traslada a una escena más allá de ese accidente. La noticia está en presente progresivo, ya no espera ser redactada y ser vendida al día siguiente por un canillita. Las redes sociales se convirtieron en generadoras de información que antes solo era manejada por los medios.
Recordemos: antes los lectores circulaban alrededor de los medios, ahora los medios circulan alrededor del lector, tratando de “pescarlo” en un clic.
Entonces, ¿qué vendemos mañana? Ya vieron las fotos, ya contaron los muertos, ya identificaron el lugar. Parece que la suerte está echada, el diario no contará nada nuevo, a menos que... una infografía hurgue más allá del morbo instantáneo de los testigos y aporte con profundidad milimétrica detalles que se le escaparon a Facebook.
Hoy la diferencia está a la vista, la nueva narrativa llegó hace unas cuantas décadas de la mano de minuciosos artistas y periodistas visuales como Alejandro Malofiej. Él nos mostró la Guerra de Las Malvinas desde una “letra” distinta, la de la imagen y fue el pionero de la infografía. Trabajó como periodista gráfico y cartógrafo en revistas como Panorama, Siete Días y Semana Gráfica, y en diarios como La Opinión en Buenos Aires.
La ola de la “hiperinformación” digital tiene un talón de Aquiles difícil de superar. La infografía tiene una matriz objetiva, lejos de la subjetividad de un criterio. La información gráfica se encarga de aclarar los hechos en pocos pasos y optimiza el tiempo del lector, que cada vez es más corto: se estima que no sobrepasamos los 22 minutos en empaparnos de las informaciones impresas.
Frente a esta guerra de “likes” y minutos, la única herramienta que ha salido victoriosa ha sido la “visualidad”. Dependemos más de lo que nuestra vista absorbe.
La infografía nos acompañó desde siempre, desde las cuevas de Altamira. Allí los hombres pintaban en la pared, con tonos rojizos, bueyes rodeados por personas, con lo que parecen ser palos y lanzas.
Ese “gráfico”, quizá la génesis de la infografía, relata -sin texto- el modo de cazar. Sin duda alguna, el instinto de transmitir datos ya estaba inaugurado desde el principio de los tiempos, muchos millones de likes antes de tu última actualización de Facebook. (I).