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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Industria editorial espera efectos del Decreto 829

Los costos de los libros en el país se equiparan con la región; sin embargo, no se estipulan como un objeto de consumo en la planificación familiar.
Los costos de los libros en el país se equiparan con la región; sin embargo, no se estipulan como un objeto de consumo en la planificación familiar.
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En Ecuador se repite que los libros son más caros que en otros países.    

En julio de 2019, como parte de las medidas del plan propuesto por el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP) en el Plan Integral de Fomento a la Economía Naranja: Ecuador Creativo, se firmó el Decreto Ejecutivo 829 que dispone la exoneración a 10 servicios del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Entre ellos se encuentran los servicios de la publicación, edición, traducción, impresión y comercialización de libros, en los cuales se incluyen los relacionados con textos digitales. ¿Reducirá esto el precio final de los libros?

En el país no se paga IVA en este servicio desde hace más de 20 años, ni en la importación de este producto, no así con los costos que implica su desaduanización.

La expectativa del sector editorial —imprentas, editores y libreros— es que se reduzcan los costos del papel y manufactura de impresión en la producción nacional y con ello el precio final de los libros.

En Ecuador no se produce papel y su importación tampoco está gravada con IVA. Como materia prima se importa de países como Colombia, Brasil, Chile, Asia y Europa.

De acuerdo con Marvin Rotter, jefe de impresos de los Medios Públicos, la importación de una tonelada de papel cuesta entre $ 900 y $ 1.100.

Para hacer un libro de 200 páginas con un tiraje de 500 ejemplares se requiere de 250 kilos (un cuarto de tonelada).

Las nuevas medidas gubernamentales influirían en los costos de la manufactura que, según varios impresores y editorialistas, reducirían en menor medida el precio del libro.

Se imprime poco y no se ve al libro como producto de consumo
La ausencia de producción de papel en el país tendría que ver con la poca producción que existe, en comparación con otros países. 

En Argentina, durante 2018 se publicaron 51 millones de ejemplares de 28.440 títulos (a pesar de que la producción bajó alrededor de 10 millones en comparación con 2017, aunque se diversificaron los títulos).

En Chile se imprimieron 34 millones de ejemplares de 6.652 títulos. Esto según datos de las Cámaras del Libro de los respectivos países.

Mientras tanto en Ecuador se imprimieron seis millones de ejemplares, en 2017, de 5.246 títulos.

La industria creció a 8,9 millones de ejemplares en 2018, con una producción de 5.253 títulos.

Según el registro ISBN de la Cámara del Libro, de los pocos que se producen en Ecuador, quienes lo hacen son instituciones gubernamentales y editoriales pequeñas donde los mayores tirajes se producen en libros de interés general, seguidos de temáticas científicas, técnicas y profesionales.

En las librerías, la mayor parte de libros que se venden son importados y de los costos de la desaduanización y del traslado depende el precio que se paga al final.

Germán Gacio, editor del pequeño sello La Caída, sostiene que “el único cambio con el Decreto 829 es que los imprenteros empiecen a bajar los costos de importación de papel y su manufactura, con lo cual debe bajar el costo final de la impresión”. 

Gacio sostiene que la medida estatal todavía no tiene impacto en los libros que se imprimieron en septiembre y agosto.

En un reportaje publicado en 2018 por este diario se sostiene que el precio final del libro se equipara con el que tienen los de la región, y no se trata de que en “Ecuador los libros son más caros”.

Esta hipótesis la reafirma Patricio Bustos Peñaherrera, director de Maya Educación, quien señala que la producción del libro es un proceso que implica costos desde su concepción: del autor, la corrección de estilo, la gráfica, el diseño, la fotografía, las ilustraciones para que se llegue solo a un “machote final” que será el producto que vaya a imprenta.

De acuerdo con Bustos, después de imprenta las editoriales deben hacer un proceso de marketing que tiene que generar, como cualquier otro producto, expectativa y ver canales de distribución.

En esta etapa están también los costos de distribución, que en Ecuador se entregan a las librerías a consignación con un porcentaje de ganancia del 60% del precio final de un libro, el cual va para los distribuidores y la librería.

Los autores normalmente reciben solo un 10% del costo final. De allí que a mayores tirajes funcione mejor el círculo.

Para Andrés Zerega, experto en economía naranja en Ecuador, la producción de libros en el país tiene un nicho específico y no se destina un monto para su consumo en la economía familiar.

Observa que las editoriales independientes trabajan con costos que sacrifican su ganancia y el precio de venta es razonable para asegurar la circulación. 

“Pero esta circulación va solamente a nichos de consumidores donde todos son conocidos. No hay construcción de públicos. Para la Feria del Libro de Quito vienen escritores que solo lectores asiduos conocen, es decir una audiencia exclusiva sabe quién viene, pero los públicos no saben y no son tentados a interesarse...”, agrega el marquetero. (I)

Datos 

Producción de libros   

De acuerdo con la Cámara del Libro de Ecuador, según su registro ISBN, en 2017 se publicaron 6 millones de ejemplares           de 5.246 títulos. Mientras que en 2018 se publicaron 8.900 millones de ejemplares de 5.253 títulos.     

10 servicios culturales no gravarán IVA, según el Decreto Ejecutivo 289 firmado en julio.

El papel

No se produce papel en Ecuador; la materia prima del libro. Todo se importa de Chile, Brasil, Colombia; sin embargo esto implica solo un 20% en el precio final de producción de libros en el país. 

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