Imparables con nariz le da rienda suelta a improvisación
Una decena de clowns se reúne una vez al mes a improvisar frente a un público que es coprotagonista y accionador de la estructura de juegos que emplean como núcleo de su escenografía. La base es el encuentro y la obra puede derivar en cualquier historia sin historia, como el azar de los dados al caer.
Lenin Tinajero, quien interpreta a Toscopio, recuerda que en alguna de las puestas en escena improvisaron, en parejas, algunas situaciones a través de películas románticas o cuentos infantiles que fundían con el tono de series televisivas sobre zombis. Juan Sánchez, el actor tras la nariz de Nito, recuerda que la ‘impro’ surgió en Estados Unidos, cuando se unieron la actividad deportiva y la improvisación. “A eso le sumamos nuestra parte criolla”, dice en la Casa de la Cultura. Ambos artistas integran Imparables con nariz, la obra que se presentará hoy en la sala Demetrio Aguilera Malta, a las 20:00, como celebración de su cuarto aniversario ($ 8). Ellos también conforman, desde hace 2 décadas, el colectivo Cucoteatro.
Los matchs de Imparables... siempre son impredecibles. En la noche, la decena de personajes actuará en un lugar y circunstancia improvisados. Fundirán acciones de clowns que tienen más experiencia que otros. Unos provienen del teatro más popular, otros han autogestionado su quehacer en las tablas y están los callejeros. La guía, el maestro de ceremonias es Cuco. “Como los payasos son dispersos, él pone orden en el caos”, explica Tinajero.
Los improvisadores toman una idea base del público, con el que volverán a interactuar en cualquier momento de la interpretación. Cada uno tiene un rostro ya reconocible para quienes los han visto: está Peseta, Tremenducha, Calambre... Nito, por ejemplo, usa un overol colorido, mientras que Toscopio tiene sobria apariencia. “Una oscuridad de chistera y abrigo incluidos, basada en los Augustos, esos payasos cuya esencia aparece en las postales de la gran crisis estadounidense que obligó a la clase alta a hacer reír viajando”, dice su intérprete, Lenin.
Juan señala que Nito es un payaso blanco, pese a que sus roles se alternan con la influencia moderna del clown. Cuando se haya abierto el telón, no habrá distinciones entre el teatro de calle y lo que ellos harán. “Se trata de plantarse ahí, con toda la experiencia detrás”, dice Sánchez. Los personajes son ubicuos, a veces actúan para Do Pingüé Terapia Festiva o en Imparables con nariz, al aire libre o en salones.
Lo que hará el elenco es extender los límites de la ficción como funambulistas del azar a quienes acompañará la música de una murga. Cucoteatro agrupa a varias tendencias escénicas en Quito y hace suyos los lugares que visita. (I)
