Un protagonista salvaje y ácrata
Imagen cómica de un poeta iconoclasta
Un demonio mágico y fantasioso salido de una coctelera, poeta ebrio que mata gorriones con catapulta, hace saludos nazis a la policía y experimenta erecciones al imaginar la urdimbre imposible que una a María Angula y a una mujer asesinada en la tesis que escribe.
Delfín Tonato es un anarquista salvaje cuyo nombre (un acrónimo, una paráfrasis de sí mismo) devela su destino fatal. Suele poner al límite la paciencia y buenas maneras de las personas que lo rodean, incluido su psiquiatra, el doctor Meneses, quien frente a la impotencia que sintió al buscarle un diagnóstico tuvo una revelación: «¡El mundo había parido un imposible, algo más raro que un pez marrano o un hombre con branquias: el mundo había parido un poeta sin ternura, un poeta psicopático! Si no escribía poemas, seguramente pondría manos a la obra y degollaría a unas cuantas personas, para ver qué tenían dentro...» si no escribía versos como «Amo mi angustia como el perro que ama su sarna / quiero ver tu cabeza en palito / como una manzana acaramelada...»