Huayra Yacu Daulis lucha por mantener tradición
El charango, la quena, la zampoña, las pezuñas (chajchas) y la percusión son los instrumentos infaltables de los Huayra Yacu Daulis.
Tras 16 años, la única agrupación de folclore de Daule apuesta por impartir sus tradiciones musicales a las nuevas generaciones y abrir espacios culturales de la mano del Municipio.
El grupo, cuyo nombre de traducción de quichua a español significa “Vientos del río Daule”, explicó que su objetivo es llevar sus costumbres a las nuevas generaciones y también descubrir talentos.
Juan Carlos Lavayen, director de la agrupación y quien también es el director cultural del Municipio de Daule, enfatiza que potenciando sus habilidades y conocimientos trabaja en abrir nuevos espacios culturales.
Entre su misión está concluir con la construcción de un centro cultural para el cantón. Sin embargo, explica que ya cuenta con un amplio grupo de maestros para impartir desde 2020 formación profesional para todas las edades en la danza y música. “Aunque mi especialidad es el folclore, nuestro objetivo es fomentar nuestras raíces culturales, pues las clases serán de varios géneros, así como en diferentes instrumentos”, explica el director artístico.
Lavayen agrega que a base de una correcta formación, este nuevo grupo de jóvenes talentos de arte y música puedan llenar los espacios culturales que se abrirán en los siguientes años y así tener más opciones de recreación familiar para la comunidad local. “Pueden nacer grandes talentos. Tenemos a Mirella Cesa, quien fusiona lo urbano con lo folclórico. Así esperamos crear un nuevo artista del andipop”, anhela el director.
Los integrantes del grupo Huayra Yacu Daulis mientras ensayan su nuevo repertorio del siguiente álbum, que estará listo a mediados de 2020. Foto: Wellington Molina / El Telégrafo
El grupo de folclore
La agrupación Huayra Yacu Daulis nació en julio de 2003, tras desvincularse del grupo Vaca Brava. Con un repertorio que recopila el folclore latinoamericano, así como las mejores baladas y cumbias adaptadas a su ritmo tradicional, se apoderaron de las fiestas dauleñas y las de las poblaciones cercanas.
Así llegaron los concursos nacionales y para 2004 -tras un viaje a Quito- Huayra Yacu Daulis se hizo acreedora del primer premio del Festival Vasija de Oro. “Fue un orgullo, porque solo éramos dos grupos de la Costa, 40 en total. El folclore se difunde más en la Sierra y Amazonía, de ahí nuestra satisfacción”, explica Lavayen, quien también es percusionista.
Pablo Castro Burgos, quien toca el bombo, relata que ingresó a la agrupación a temprana edad cuando lo descubrieron cantando mientras arreglaba un auto en su taller. Aquí descubrieron su talento para emitir con su boca sonidos andinos en distintas escalas musicales, a esto se le llama “silbido mágico”.
“Es un talento que pocos tienen y esto nos dio un plus a la agrupación”, relata Otto Briones, compañero del grupo y su compositor. Briones también incursionó en el folclore desde muy pequeño. A los 10 años aprendió a tocar la guitarra con la misión de entonar música de los Kjarkas de Bolivia, a quienes escuchaba junto a su padre y abuelo. (I)