Historias de indígenas y de alfombra roja en el Festival de Venecia
Venecia, Italia.-
La restitución a los indígenas de las tierras del Chaco paraguayo que pasaron a manos privadas durante el régimen de Alfredo Stroessner (1954-1989) salió la tarde de ayer a escena en el 69º Festival Internacional de Cine de Venecia.
Esta idea es el argumento sobre el que gira el documental “El impenetrable”, una coproducción franco-argentina de 95 minutos de duración proyectada en la segunda jornada del certamen fílmico italiano dentro de la sección “Proyecciones especiales” fuera de concurso.
La cinta pone imágenes a la “batalla” que libra uno de sus directores, el italiano Daniele Incalcaterra, por devolver a los indígenas 5.000 hectáreas que su padre, un diplomático italiano destinado en Paraguay, ya fallecido, compró en 1983 al Estado paraguayo en pleno Chaco, que cuenta con una baja densidad de población y una flora y una fauna ricas.
La lucha de Incalcaterra, que ha dirigido el documental con su pareja, la suiza Fausta Quattrini, lo llevará primero a intentar acceder a su propiedad pidiendo permiso al resto de terratenientes, y después a perseguir el reconocimiento de las tierras compradas por su padre y, finalmente, que puedan ser devueltas a los indígenas.
“Esta tierra la compró mi padre sin reflexionar, sin conocer los problemas de este país y, sobre todo, sin conocer que en la época en la que fue comprada había más pueblos originarios que vivían en esas tierras sin tener contacto con otras sociedades”, comenta Incalcaterra en un encuentro frente al Palacio del Cine de Venecia.
“Una vez que murió mi padre, me tuve que ocupar de esta tierra y Fausta me dijo: ‘Mira, lo mejor que puedes hacer es devolverla a su pueblo originario’. Este fue el punto de partida del filme”, añade.
La intención de ceder el mayor protagonismo a las cerca de 3.000 personas del pueblo Guaraní Ñandeva terminó disipándose mientras avanzaba la filmación del documental, ante los problemas que el director tenía para reconocer su propiedad (había sido vendido el mismo espacio a otra persona) y los obstáculos de las tierras colindantes.
Entre sus vecinos figura Tranquilo Favero, empresario de soja y ganadero que trabaja en la deforestación del lugar, quien llega a aparecer en el documental y juega un papel clave en la resolución del conflicto de reconocimiento de la propiedad ante el registro paraguayo.
“Apenas comenzó el rodaje, me di cuenta de que era imposible esta idea de devolver la tierra a los indígenas, porque la tierra se encontraba en medio del más grande propietario de tierras que es Tranquilo Favero, que nunca habría permitido una reserva de indígenas en medio de su propiedad”, comenta Incalcaterra, quien vive actualmente a caballo entre Argentina y Francia.
“De ahí salió la idea de transformar esta propiedad en una reserva, cogestionarla con los indígenas y, con el tiempo, cuando fuera reconocida a nivel internacional, devolver una reserva completa”, dice.
Presentando una instancia al entonces Gobierno paraguayo (el documental se empezó a rodar en 2010), el cineasta italiano logró que quien era por la época presidente de Paraguay, Fernando Lugo (presente también en la cinta), firmara el decreto que convertía su tierra en la Reserva Natural Arcadia.
“No he ganado la batalla. He ganado solo una primera parte de la batalla. Esta batalla seguirá todavía porque, más allá de haber creado la reserva Arcadia, no tengo ninguna garantía judicial en un país como Paraguay, donde todo se compra y todo se vende”, afirma Incalcaterra.
“El problema de esta reserva es que hoy existe sobre el papel, pero Lugo fue cesado por los mismos problemas de los que habla la cinta. Él quiso poner en marcha la restitución de tierras mal compradas durante el gobierno Stroessner y, en cuanto ha tocado esa tecla y se ha juntado con otros problemas, lo han echado”, agrega.
Aparición “interrumpida”
El encanto de Winona Ryder reapareció en las pantallas de la Mostra con “The Iceman”, cinta de gángsters que la actriz ha presentado fuera de concurso en la Mostra de Venecia en una tensa rueda de prensa en la que ha traslucido la fragilidad de una estrella con el brillo interrumpido.
La actriz, uno de los grandes talentos del cine de los años 90 gracias a “The Age Of Innocence” o “Edward Scissorhands”, vio truncada su carrera en el siglo XXI cuando fue descubierta robando en unos grandes almacenes de Beverly Hills, lo que alarmó sobre la estabilidad psicológica de quien había encandilado con su belleza natural y relajada a toda una generación.
Aunque hace dos años ya se la volvió a ver brevemente en la aclamada “Black Swan” en el mismo festival -con un papel psicótico que no ayudaba a pensar en su recuperación-, ahora ha comparecido en el Lido, a modo de verdadero regreso, a propósito de “The Iceman”.