“Hemos reivindicado la literatura ecuatoriana”

De no ser por un ínfimo número de personas apegadas a las letras, quizá el oficio editorial en un país de pocos lectores podría ser comparable a querer fijar la roca de Sísifo en la cima de una montaña de indiferencia. El escritor Ramiro Arias está al frente de Eskeletra, editorial que surgió de la revista homónima y que con un cuarto de siglo a cuestas confirma a la “persistencia y tozudez” que él nombra como valores fundamentales en la publicación de libros.

Las plumas de Huilo Ruales, Raúl Serrano, Galo Galarza, Miguel Ángel Serrano, entre otras, tuvieron su paso iniciático por el taller literario La Pequeña Lulupa, el antecedente del proyecto que ha sobrevivido con una cosecha nada soslayable. “Un aporte a la cultura que hoy por hoy no es muy tangible”, afirma el director de Eskeletra. “Hace 25 años el país era otro, la lectura, de alguna manera, tenía la poética del contacto con el papel, con el libro que quizá hoy rompió el Internet”.

La rigurosidad de la editorial cuyo nombre sintetiza su imagen icónica —en la que una calavera ha tomado el lugar de ‘El Pensador’, de Auguste Rodin, sobre un libro cerrado— la ha hecho depositaria de la credibilidad de fieles lectores que, a tono con los tiempos actuales, ya practican la lectura sobre soportes digitales.

¿Qué mecanismos sigue la distribución de Eskeletra en papel?

Eso no es un secreto. Lo hacemos con las librerías y tenemos un contacto con los profesores que han confiado en nuestra tarea, incluso los jóvenes, pertenecientes a una renovación académica, quienes entienden mejor nuestro trabajo, confían más y, sobre todo, saben que hemos reivindicado la literatura ecuatoriana, le hemos dado un valor e importancia que antes no se le daba. Se hablaba de escritores de los años 30, de Juan León Mera, de la novela Cumandá, de A la Costa de Luis A. Martínez, pero con Eskeletra le dimos valor incluso a autores entonces desconocidos que hoy tienen un prestigio importante.

¿En qué derivó la Antología Esencial del Ecuador que dirigió Jorge Enrique Adoum —de quien Eskeletra ha publicado Entre Marx y una Mujer desnuda, la antología poética No Son todos los que están, el ensayo Ecuador: señas particulares y El Amor desenterrado y otros poemas que llegó a traducirse a 5 lenguas— para la editorial?

Esos 5 tomos fueron la realización de un sueño. El primer tomo es de poesía del siglo XX, el segundo es de cuento, el tercer tomo es novela corta, el cuarto es ensayo y el quinto de crítica literaria. Con Jorge Enrique Adoum cumplimos el sueño de sintetizar la expresión del siglo XX en la literatura ecuatoriana. Cada tomo tenía aproximadamente unas 600 páginas, un proyecto que no ha logrado tener mucho apoyo, esperemos que se pueda hacer una reimpresión de esto.

Hicimos unas colecciones y otras nos las compró el entonces Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinab) pero estamos a la espera de que en cualquier momento alguna institución se interese en su reproducción, pues contienen la vanguardia de la literatura ecuatoriana, cuya calidad está garantizada al haber sido coordinada por quien fue uno de los escritores más importantes de la literatura latinoamericana. Cada tomo tenía su antólogo.

Ecuador: señas particulares se escribe por encargo de la editorial, ¿Ecuador: Identidad o esquizofrenia de Miguel Donoso Pareja fue la contracara de ese ensayo?

El de Jorge Enrique Adoum fue un punto de vista que devino en una perspectiva serrana y queríamos indagar qué tiene que ver la Costa con nuestros signos de identidad. También editamos Identidad y formas de lo ecuatoriano de Juan Valdano y pronto sacaremos un libro de Fernando Tinajero sobre la identidad ecuatoriana actual.

El resultado de los 2 ensayos iniciales produjo un debate que puso sobre el tapete los rasgos culturales de lo que nos hace distintos a pesar de que somos un solo país, rasgos disímiles y formas de actuar distintas, como la historia cultural y los matices que contrastan con la historiografía oficial. Un tema que generaba discusión sobre las identificaciones y las señas particulares para una identidad pluricultural, una unidad diversa.

La próxima novela de Ramiro Arias se basa en un personaje real. La historia tiene que ver con un soldado que participó en la Guerra de Vietnam, de la que le impactaron las mutilaciones y muertes terribles, fue buscador de oro, coyotero en la frontera más peligrosa del mundo, entre México y Estados Unidos. Sus novelas ya publicadas son: Todo el sabor tropical, El gesto del payaso y el libro de cuentos El puñal marroquí. (I)