"Hay que recuperar el valor de la acuarela como medio de expresión artístico"

José Luque, Tony Moré, Julio Peña, Eloy Cumbet y Carlos Flores se reunieron, en marzo de 2016, para intentar revertir una situación que venía preocupándoles desde hacía bien tiempo: la pérdida de prestigio del arte de la acuarela.

Dispuestos a recuperar terreno, los artistas crearon la Agrupación Acuarelistas del Guayas, cuya primera medida fue organizar una exposición a la que califican de pionera y que se realizará del 6 al 20 de julio, en la Sala de Exposiciones del Centro de Arte de Guayaquil.

Carlos Flores (Quevedo, 1958), también de profesión arquitecto y uno de los mentalizadores de la muestra Transparencia y Color, señala que, en esta ocasión, su propuesta, haciendo a un lado sus trabajos en acrílico, apunta a mostrar obras en las que se destaca el contraste de las escenas urbanas, pero no como “una denuncia, sino más bien para mostrar escenas que son parte del folclor citadino”.

Como ejemplo muestra una obra en pequeño formato en la que exhibe un vendedor ambulante que, canasta en mano, se abre paso con sus productos en medio de la muchedumbre del Malecón 2000. Asimismo, presenta el contraste arquitectónico de la ciudad: el caserío de minúsculos techos del cerro del Carmen, arrimado en perspectiva a los grandes edificios que bordean el río Guayas.

Otro de los artistas expositores es Eloy Cumbet (Guayaquil, 1954). Él señala que, aunque uno de los objetivos es vender los cuadros, “porque el artista vive de esto”, lo más importante es mostrar que la técnica de la acuarela es una de las más complejas que existen y debe tener otra acogida, mucho más masiva, de parte de la gente. “La acuarela podría decirse que es la técnica más antigua; desde las pinturas rupestres de Altamira nos damos cuenta de que ya se trabajaba con agua y tierra”, señala Cumbet, cuya propuesta, en esta ocasión, también es mostrar los contrastes urbanos, pero haciendo prevalecer el agua y su transparencia.

Para Tony Moré (Guayaquil, 1953), otra de las finalidades de la exposición es lograr abrir a espacios internacionales el arte ecuatoriano. “Lo importante es que se debe internacionalizar la propuesta e invitar a más acuarelistas para que se unan a esta iniciativa”.

Todo esto, según el hijo del también pintor guayaquileño Humberto Moré, solamente será posible si se reivindica la acuarela como medio de expresión visual. “Mucha gente cree que porque la acuarela se la hace sobre papel no dura y tiene poco valor, ignorando que esta técnica no admite errores, hay que tener mucho conocimiento sobre el dibujo, y mucha precisión en la transposición de colores”.

El artista recuerda que, por la década de los 80 a los 90, con la llegada de acuarelistas bolivianos y peruanos, hubo una especie de alboroto por lo que se creía una “novedad” en el arte, sin saber que en el país hay buenos creadores.

El único de los expositores extranjeros es José Luque, nacido en Cochabamba, Bolivia, en 1937, pero radicado en el país, donde ha elaborado murales como los del Banco del Pacífico en Guayaquil y el del Museo del Banco Central, en Manta. (I)