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"Hay que pensar en el trabajo artístico desde lo productivo"

Las labores de los artistas son distintas a las de los trabajadores en otros ámbitos, por ello requieren condiciones especiales de contratación y seguridad social.
Las labores de los artistas son distintas a las de los trabajadores en otros ámbitos, por ello requieren condiciones especiales de contratación y seguridad social.
Foto: Marco Salgado / EL TELÉGRAFO
13 de enero de 2018 - 00:00

Los artistas y gestores culturales del país pueden ejercer el derecho a que su trabajo reciba condiciones especiales en cuanto a seguridad social y contratación, según la Ley Orgánica de Cultura.

El miércoles 3 de enero, el Ministerio del Trabajo propuso 7 nuevas modalidades contractuales con el fin de ‘regularizar’ a 7 sectores, entre los cuales está el artístico. Las propuestas de esta cartera de Estado son parte del Plan Nacional por el Empleo e incluirían condiciones de contratación ajustadas a las necesidades de los trabajadores, según María Alejandra Vicuña, vicepresidenta de la República. Los parámetros del contrato para artistas están por definirse a través de diálogos.

“Nombrar al sector cultural, que ha sido invisibilizado, ya es un avance”, considera Gabriela Montalvo, economista especializada en cultura. “La ley tiene un sesgo en cuanto al tema de la producción, industrias culturales (...) Es una normativa que toma en cuenta a las artes no solo en su dimensión simbólica, sino también productiva”.

La herramienta para saber quiénes se desempeñan en el sector creativo es el registro único de artistas y gestores culturales (RUAC), que analizó la trayectoria de 13.706 inscritos entre el 1 de febrero de 2017 y el último día de ese año. El Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP) es la entidad encargada, por mandato legal, de seleccionar a quienes acceden al registro.

“Es difícil homogeneizar toda la diversidad del trabajo artístico”, acota Montalvo. Cada campo de las artes tiene unas condiciones particulares, lo cual hace que el trabajo cultural no sea equiparable, por ejemplo, al doméstico, que tiene menos variantes.

“En las artes el tiempo del trabajo no está separado del ocio; un artista trabaja todo el tiempo”, explica la especialista mediante una llamada telefónica. Además recuerda que “la principal materia de un artista es su propio cuerpo, su capacidad creativa”.

Los actores culturales tienen horarios  distintos a los de otros trabajadores y se desempeñan en espacios distintos a los habituales. El 50,4% de quienes postularon el año pasado al RUAC (6.913 personas) fue aprobado por la Dirección de información del MCyP.

Hubo varios reparos en cuanto a los requisitos que debieron cumplir [Ver datos] y 2.818 de estos actores culturales (20,6% del RUAC) ya estaban afiliados –muchos de forma voluntaria– al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) antes de que validaran su documentación; ellos accederían a las condiciones para gestores y artistas de forma inmediata, según el MCyP. Desde el 1 de septiembre de 2017 los admitidos –que para ese momento eran 2.278– pueden acceder al ‘seguro cultural’ a través de un trámite a cargo del IESS.

La formación e investigación le anteceden a la presentación de una obra de arte, explica Montalvo, poniendo como ejemplo los ensayos y el montaje en el teatro o la escritura y edición en la literatura. “Tenemos que pensar en el trabajo artístico como un proceso productivo. Así podemos identificar cada una de sus etapas y actuar”.

Por las características que tiene, la producción del arte requiere más de una sola modalidad de contrato. “Hay que definir posibilidades para la contratación y el trabajo artístico. El sector público tiene que asumir la responsabilidad de lo que implica fomentar o promover este tipo de trabajo”, concluye Montalvo.

La concreción de las políticas públicas anunciadas no solo implicaría al MCyP–que deberá elaborarlas en calidad de rector, según la ley– sino a las carteras de trabajo, industrias, comercio exterior, rentas y seguridad social.

El poeta Gabriel Cisneros Abedrabbo, quien está al frente de la Subsecretaría técnica de emprendimientos del MCyP, confirmó que está trabajando con el Ministerio de Trabajo y coincide en que reconocer la actividad cultural es un primer paso.

La Subsecretaría mencionada fomentaría la inclusión laboral de los inscritos en el RUAC, además de recoger las demandas de los creadores para que el Riefac (Régimen integral de educación y formación en artes, cultura y patrimonio) empiece a funcionar.

Más allá de los jóvenes
La primera semana del año,  Raúl Ledesma, ministro de Trabajo, indicó en la Presidencia de la República que “las nuevas modalidades de trabajo (que está por definir el sector público) van dirigidas a los jóvenes y a dinamizar el sector productivo. Además de lograr básicamente dos temas: nuevas plazas de trabajo por un lado y la regularización de la informalidad laboral”.

Sobre este tema, Cisneros considera que las nuevas modalidades contractuales no deberán excluir a quienes no son jóvenes. “Si tenemos artesanos calificados en oficios que podrían desaparecer y si ellos pueden generar un aporte con la transferencia de sus conocimientos, hay que buscar el mecanismo y la política para incluirlos y así hacer un diálogo intergeneracional donde el trabajo sea posible para todos”.

Desde el 22 de enero, un comité intersectorial empezaría a definir el contrato para los artistas y gestores.

Propuesta concretas
La Senescyt (Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología) y el Ministerio de Educación  (Min Educ) también entrarían en estos procesos, le dijo Gabriel Cisneros a este diario.

“3.071 plazas docentes están destinadas por el MinEduc para la formación artística en Ecuador. En base a un sondeo que hemos hecho, creemos que el 10% de esas plazas  (unos 307 profesores) están ocupadas por personas que han sido formadas para el arte o que lo conocen y trabajan desde ese campo. La idea sería llegar a un acuerdo con el MinEduc para abrir esas plazas y que vayan actores culturales (especialistas o quienes tengan certificación  de competencias) a formar a los estudiantes. Así los profesores de otras disciplinas volverán a sus asignaturas”, explicó el funcionario. (I)  e

Seguro cultural

Flexibilidad en aportes

→Más de la mitad de quienes se inscribieron el RUAC fueron aprobados de febrero a diciembre de 2017. Desde hace 4 meses 4.095 de ellos pueden afiliarse al IESS con condiciones especiales (en aportación y servicios) dada su actividad.

20% de quienes han sido aprobados en el RUAC ya estaban afiliados al IESS, de forma voluntaria. 

Reforma pendiente  

→En agosto de 2017, Raúl Pérez Torres, ministro de Cultura y Patrimonio, presentó un plan de reforma al Reglamento de la Ley Orgánica de Cultura al Poder Ejecutivo para modificar requisitos del RUAC.   

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