El biógrafo de Escritores ecuatorianos publica un nuevo cuaderno con notas ‘a pie de página’
Gustavo Salazar desempolva los rastros ocultos de Jorge Carrera Andrade
Entre los legajos de archivos judiciales extraídos de gacetas color sepia, el investigador Gustavo Salazar Calle atesora un par de volúmenes de tapa gruesa que ha leído con fruición. Uno de ellos, el primero que suele mostrar a quienes lo visitan, lleva el título ‘Boletines de mar y tierra’. Es una edición barcelonesa de la obra que el poeta Jorge Carrera Andrade publicó en 1930 y que de no ser por un par de sellos, que delatan a sus antiguos propietarios, estaría intacta, con las huellas que casi un siglo de existencia dejan en cualquier libro.
Versos que parecen ráfagas de sentido, como «Moscardón: uva con alas. / Con tu mosto de silencio / el corazón se emborracha» hicieron que el bibliógrafo Gustavo Salazar indague en la historia de vida de Carrera Andrade y la reconstruya, a través de la recopilación de archivos (cartas, reseñas, ensayos, fotografías y artículos periodísticos), en la última edición de sus ‘Cuadernos a pie de página’ que publicó hace 5 años y que recogen aspectos novedosos de los escritores Pablo Palacio, César Arroyo, Gonzalo Zaldumbide, Benjamín Carrión y César Dávila Andrade.
La investigación sobre este último, El Fakir, perteneciente a una generación posterior al período que Salazar prefiere estudiar, tuvo como motivación la solicitud irrechazable de una amiga del autor, quien dice que lo necesario para llevar a cabo este tipo de trabajo es “la pasión por la literatura y una dama que sirva de compañía, pues el resto viene por añadidura”.
Borges sobre Carrera Andrade
La biblioteca de Salazar Calle contiene 10 mil volúmenes (5 mil están en Quito y el resto, en Madrid, ciudad en la que residió durante 12 años) entre los que destaca un ejemplar de ‘Poesía francesa contemporánea’ que Carrera le envió con su autógrafo al escritor peruano Ventura García Calderón.
Otro que resalta lleva un título en inglés ‘An Anthology Of Contemporary Latin American Poetry’ (1942) de Dudley Fitts y fue reseñado por Jorge Luis Borges para ‘Sur’, revista en la que -en palabras del bibliotecario- el autor del cuento ‘Funes el memorioso’ “deja muy mal parado a nuestro poeta”.
La crítica implacable de Borges se resume en estas frases: «Admito la indigencia tradicional de las literaturas cuyo instrumento es el español; sin embargo, sospecho que para inaugurar una antología de todo el continente hubiera sido posible exhumar un ejercicio menos insípido que ‘Primavera y compañía’ del ecuatoriano Jorge Carrera Andrade. Las dos estrofas iniciales vaticinan todo el poema y aún todo el libro».
La intención manifiesta de Salazar es exponer el trasfondo de cada escritor al que le ha dedicado su atención fuera de prejuicios o lisonjas más propias de la hagiografía que de su oficio. En ese sentido, el autor de los Cuadernos considera que el rigor borgiano contra el autor del poema ‘Mademoiselle Satán’ es una opinión contundente pero se enmarca en su valoración del compendio “lleno de exotismos” de Dudley Fitts mas no en la obra íntegra de Carrera Andrade.
Las cartas aún dispersas
“Hace unos años le escribí a Juan Cristóbal Carrera pidiéndole una autorización para publicar las cartas de su padre con Alfonso Reyes y Gabriela Mistral; me autorizó de forma generosa pero son estudios que estoy por terminar (...). A fines de la década del 60, Jorge Carrera Andrade junto a su amigo y estudioso Enrique Ojeda negociaron, con la universidad neoyorquina Stony Brook, la compra del archivo del poeta, un archivo extraordinario que contiene maravillas, la sola lista lo pasma a uno; así que hace unos seis años lo solicité a esa institución pero sobrepasé el límite de documentos que dan a los investigadores y, ahora, espero su intercambio epistolar con los escritores Jaime Torres Bodet y Alberto Guillén”.
El escándalo que causó ‘Mademoiselle Satán’
En 1927 se dio un escándalo cuando apareció su poema ‘Mademoiselle Satán’ en la revista ‘Fígaro’ de Carlos H. Endara, el cual contenía pasajes de sexo explícito. El padre sacó a Carrera Andrade de la casa y tuvo que disculparse ante la opinión pública mediante una carta que se publicó en diario El Comercio.
La inspiradora del texto, Lola Vinueza, vivía en el barrio San Blas y era conocida por leer libros prestados que luego destruía sin acordarse de que eran ajenos y debía devolverlos. Una vez flageló al joven poeta. A continuación un fragmento del poema que Carrera le escribió.
“Señorita Satán, tú que todo lo puedes,/ tus hombros, tu cadera que reclaman incienso,/ tus suaves pies, tus brazos, son otras tantas redes,/ tendidas hacia el pobre corazón indefenso/.
Me diste el dulce gusto de tu boca, el turbante/ martirio de tus muslos ceñiste a mi cintura,/ y cuando fuimos presa del espasmo extenuante,/ tu enorme beso fue como una quemadura/.
Eres la hembra única, lo mismo en el reposo/ que en el sexual combate, ¡Santa Orquídea del vicio!/ Hasta cuando torturas con tu cuerpo oloroso,/ no hay placer en el mundo que iguale aquel suplicio/.
Satán, mujer que tienes un rubí en cada pecho,/ tus verdes ojos lúbricos son siempre una asechanza,/ tu desnudez que viene las noches a mi lecho,/ para mi ciego olvido, es tu mejor venganza”.