Guayaquil celebra además a Santiago, su patrono
Entre el ajetreo de las fiestas del proceso fundacional de Guayaquil, el historiador Ezio Garay ofrece ciertas ideas de lo que festeja hoy el guayaquileño. En primer lugar celebra al santo de la ciudad, o sea la fiesta del patrón de la urbe, el apóstol Santiago el Mayor, bajo cuya advocación la establecieron los españoles.
La fecha de fundación según los únicos historiadores que la han estudiado en fuentes primarias del siglo XVI -el Ing. Miguel Aspiazu Carbo, Dora León Borja de Szasdi y Adán Szasdi- es el 15 de agosto de 1534. Esa fundación, según Garay Arellano, hecha por Diego de Almagro con el nombre de Santiago de Quito al pie de la laguna de Colta en el valle de Liribamba, jurisdicción de Riobamba, es la que se conmemora como la fecha de fundación.
“Por supuesto es una inveterada costumbre en nuestro país celebrar el santo o patrono de las ciudades, las personas etc.; como fuimos conquistados por los españoles que son católicos, cuando nacíamos o nos bautizábamos nos ponían el nombre del santo de ese día que tiene el calendario católico; lo mismo se hacía con el establecimiento de sitios, pueblo, villas y ciudades.
Costumbre que se perdió a mediados del siglo XX porque a partir de la post guerra comenzamos a adoptar las aculturaciones norteamericanas, como es una de estas, celebrar el cumpleaños y no el santo como era la vieja costumbre”, explica el historiador sobre festejar el 25 de julio.
Santiago es también el patrón de España. Los varios asentamientos de Guayaquil con su nombre los han descrito los historiadores Aspiazu Carbo y los esposos Szasdi, pero de ellos no hay rastro por la feracidad de la cuenca del río Guayas.
En la obra de la autoría de Garay Arellano, publicada en 2006, llamada Compilación Biográfica-Genealógica de los Fundadores de Santiago de Guayaquil, él ha localizado a 143 fundadores. Lejos de ser fruto de un proceso fundacional extenso, para el historiador, Guayaquil sería igual lo que es por renacer de los ataques piratas y de los incendios.
“Ser como siempre ha sido una ciudad pujante y trabajadora, producto de las labores de toda índole que desarrollamos sus habitantes, porque esta ciudad la hacemos no solamente todos los nacidos en ella, sino los migrantes nacionales y extranjeros que a diario vienen, se enamoran de ella y se quedan por su hospitalidad y las fuentes de trabajo y riqueza que genera”, expresa Garay Arellano sobre el futuro de Guayaquil.