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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Gonzalo Rojas deja el legado de su vanguardia

"El viento es lo primordial para mí. Funciona como un silbido, como un sonido y un zumbido", espetó el poeta chileno Gonzalo Rojas, en Madrid, durante la presentación de La reniñez, y al tiempo precisó que cuando le preguntaban qué es poesía respondía: "un aire, un aire, un aire nuevo no para respirarlo, sino para vivirlo". El 23 de abril de 2005 acudió a la ceremonia de entrega del Cervantes en Alcalá de Henares vestido con un elegante chaqué negro pero con su eterna gorra de marinero. "Esta gorra es el límite de mi conciencia", dijo a los periodistas.

El autor de La miseria del hombre, Transtierro, 50 poemas, Contra la muerte, y Poesía Esencial  fue además de un prestigioso hombre de letras, un maestro y un hombre de profundo compromiso social. Durante el régimen de  Augusto Pinochet no dudó en criticar las atrocidades de la dictadura militar y creó incluso varios poemas en homenaje a los luchadores sociales de entonces, recuerdan medios de la prensa alternativa chilena. La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, considera que Rojas representaba el "inconformismo, la valentía y la búsqueda de nuevos lenguajes que lo convirtieron en uno de los más reconocidos poetas chilenos del último siglo".

Caffarel ha destacado en un comunicado que "siguiendo la estela de gigantes como Neruda, Huidobro o Gabriela Mistral, Rojas era un poeta vanguardista que coqueteó con el surrealismo, fue un maestro de la palabra y un prolífico creador de obras que le valieron los mayores reconocimientos literarios".

Nacido el 17 de diciembre de 1917 en Lebu, el poeta perdió muy niño a su padre, minero, a quien en diciembre de 2003 dedicó el Premio Cervantes. Su despegue literario no fue fácil. La miseria del hombre, su primer libro, fue mal recibido por la crítica, pero bien acogido por los poetas. "Me ha tomado mucho, me ha removido y a trechos me deja el deslumbramiento de lo muy original", le escribió Gabriela Mistral.

Rojas organizó los Congresos de Escritores en Concepción, capital de la región del Bío Bío, donde logró reunir a los principales exponentes de la literatura de América Latina. Carlos Fuentes y José Donoso consideraron que los frecuentes seminarios y encuentros literarios en los años 50 y 60 contribuyeron a la gestación del llamado "boom" latinoamericano, pues indujeron a nuevas perspectivas del continente.

La poesía, decía Rojas, "es erótica, tanática, pero también de la inmediatez, parcamente sociológica, social y política". "El poeta es un sujeto del azar, en quien la poesía se encarna a través de la palabra que uno no merece, se la dan", aseguraba. "Fue realmente un privilegio para quienes pudimos aprender a ver y a leer el mundo con él", indicó su primogénito Gonzalo Rojas-May, que señaló que tras residir fuera de Chile de 1970 a 1995, nunca se adaptó bien a la vida en Santiago.

"Le agobiaban la fama y las llamadas y, por eso, le gustaba refugiarse en Chillán", recordó. El ministro de Educación chileno, Joaquín Lavín, aseguró, a Radio Cooperativa, que es "una gran pérdida para la literatura chilena". Por su parte, la ministra española de Cultura, Ángeles González-Sinde, destacó la coincidencia de que el gran poeta haya fallecido el día en el que en España se inician los actos del Premio Cervantes.

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