A pesar de que durante los últimos años se ha expandido el trabajo de las autopublicaciones en la ciudad, con constancia e innovación, hasta ahora, no ha habido encuentros en los cuales puedan mirarse y reconocer su diversidad. La primera edición del Guayaquil Fanzine Fest busca generar ese encuentro ausente y fortalecer las dinámicas de este tipo de publicaciones en el país a pesar de las nuevas posibilidades que configura la era digital.

El fanzine es una publicación autogestionada que abarca distintas dinámicas, temas y posibilidades. Naturalmente se trabaja de forma manual y suelen estar cargados de un lenguaje cotidiano y muy visual.

En Ecuador, hay distintas agrupaciones trabajando fanzines en cómic, ciencia ficción, poesía, ilustración, surrealismo, viajes. Generalmente, quienes los plantean también los distribuyen. Para la gestión de difusión internet se ha convertido en un aliado, desde las redes sociales como Facebook, donde algunas agrupaciones difunden sus actividades o blogs.

El Guayaquil Fanzine Fest está pensado como un encuentro maratónico. Iniciará el sábado 9 de enero, en la Casona Universitaria de Guayaquil, en pleno centro (Chile y Olmedo), a las 11:00. Además de las presentaciones de libros y bandas de punk -género que acompaña como una tradición la autopublicación- se dictarán un taller de guión de historietas (11:00), uno del lenguaje del cómic (12:30), otro sobre la elaboración de un fanzine (14:00), encuadernación cartonera (15:00) y elaboración de pines (16:30).
El panorama de los llamados ‘zines’ es complejo, no tiene límites. En la primera edición se presentan trabajos tan distantes como el de Tito Torres, uno de los organizadores, quien presentará su fanzine ‘Chuchaqui’, el típico estado tras una larga borrachera. Participan los gestores culturales de la Editorial Cartonera Dadaif, publicaciones dedicadas a artes literarias o el trabajo visual de Pedro Freire, quien desde 2014 documenta la transición de la 18, el barrio de prostíbulos.

“Por ser la primera feria decidimos hacerla por un día de forma intensa”, dice Torres. Considera que el fanzine como publicación sigue vigente en la era digital por una necesidad: “si no es tangible no existe, un fanzine lo puedo tener en un bolsillo, intercambiar o vender y llevar conmigo donde sea, es una relación directa, es una cuestión. Muchos ocupamos elementos digitales pero en muchos casos son más precarias. Cosas que no se pueden hacer en una gran editorial”, dice. (I)