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Multiconferencia telefónica con el ganador del XVII premio Alfaguara de Novela

Franco: “Entre literatura y cine hay una unión sana”

Jorge Franco, escritor. Estudió Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana y realización de cine en la London International Film School. Obras publicadas: Cuentos Maldito amor (1996) y novelas como Mala noche (1997) y Paraíso travel (2002).
Jorge Franco, escritor. Estudió Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana y realización de cine en la London International Film School. Obras publicadas: Cuentos Maldito amor (1996) y novelas como Mala noche (1997) y Paraíso travel (2002).
25 de marzo de 2014 - 00:00

El castillo que construye un padre para proteger a su hija del mundo de afuera, se convierte en una cárcel. ¿Pretende con esto abordar el tema de la libertad y la violencia?

La historia está inspirada en hechos reales, ese castillo existió, al igual que el personaje. Solo me he permitido una licencia ficcional para recuperar un momento de mi infancia.

El castillo es una metáfora, pues representa la burbuja dentro de la cual se vivía un mundo diferente al que vivíamos los niños de Medellín en la década del 80, antes de que se desatara la violencia.

¿Se intenta, con la literatura actual, reflejar la actual realidad de América Latina?

No hay una tendencia que avance en un solo sentido, nos estamos contando desde una perspectiva contemporánea, mucho más global, nuestras historias que se leen con mayor facilidad en cualquier parte, en cualquier territorio, por el hecho de que compartimos temáticas similares.

¿Cómo se siente ganar el Premio Alfaguara?

Me siento inmensamente feliz, es un reconocimiento que me llena de confianza y me impulsa a seguir escribiendo. Llevo varios años dedicado al oficio y cuando te honran con un premio como este te colma de felicidad.

¿Qué papel juega Medellín -ciudad colombiana- en esta obra?

Medellín siempre ha estado presente en mi obra y es curioso porque hace 20 años que vivo en Bogotá. Pero en la medida que la mitad de mi familia vive allá viajo con frecuencia y me siento como un caracol llevando su casa a cuestas. No he logrado escribir de otro escenario que no sea Medellín, porque es el mundo de mi infancia y el que más conozco.

En Rosario Tijeras un padre abusa de su hija y en esta la sobreprotege. Dos maneras muy distintas de abordar el tema del amor...

El amor me interesa, es un sentimiento diferente, único, que se alimenta de aspectos culturales y sociales. Es un sentimiento que cambia con los años, con las épocas y permite contarse de manera distinta cada vez.

El libro habla de sus experiencias de infancia ¿Tiene algo de autobiográfico?

Habla del entorno que viví cuando era niño y de personajes que conocí, pero he tomado distancia pues no me gusta trabajar desde lo autobiográfico. Como persona me considero más aburrido que como personaje.

Uno de los temas que aborda la novela es el narcotráfico...

La novela habla de una etapa previa al Medellín del narcotráfico. Esa palabra no se menciona. De hecho, el secuestro que ocurre en la historia rompió el encanto de una ciudad que vivía de manera más tranquila.

¿Qué puede hacer la literatura ante la violencia más allá de contarla?

La literatura nos permite releer y reconocer los errores, la infamia en que ha caído la condición humana, ha sido el mejor espejo para evitar que estos se repitan. Me han fustigado por mostrar el lado del narcotráfico, pero era necesario hacerlo para llegar a aspectos desconocidos que puedan servir de ejemplo.

¿Qué vino primero en su novela, el personaje o el argumento?

Los personajes los tenía en la memoria, algunos de ellos desde la infancia. Para armar la trama busqué el caso en expedientes sin hallar nada y hablé con testigos y parientes de los personajes. Pero el 80% de la historia es pura ficción.

¿Qué fue lo que le inspiró a crear la novela?

Fui vecino de muchos de los personajes que están en esta historia. Vivían en un castillo de manera anacrónica, como en otra época, lo cual nos llamaba la curiosidad y las ganas de sondear qué pasaba adentro. En la novela planteo dos mundos opuestos, el del castillo y el de afuera, que era un mundo que estaba más vinculado con un realismo crudo, con un realismo que empezaba a afectar a Medellín por los tiempos en que era una ciudad tranquila.

¿Cuánta dosis de violencia comercial hay en esta novela?

La verdad ninguna y no creo que ningún autor tenga esa intención. Lo que ocurre es que cuando un escritor vive en un país en el que día a día confronta hechos violentos quiere contarlos y en sus obras se cuelan estos destellos de violencia.


¿Puede comentar las técnicas cinematográficas del libro?

El lenguaje cinematográfico se me cuela de manera inconsciente, pues no solo lo tengo en mi formación sino que también soy gran apasionado del cine, lo he sido desde niño y pertenezco a una generación marcada por lo audiovisual. En mi obra manejo, de manera inconsciente, tiempos, diálogos y ‘ flashbacks’ del séptimo arte.

¿La literatura de Colombia está en un buen momento?

Creo mucho en la literatura no solo de Colombia sino también de hispanoamérica, en la escrita en español. La literatura colombiana siempre ha estado en un buen momento, goza de buena salud hace mucho tiempo, este premio lo confirma.

En la novela se presentan dos mundos. ¿Qué características tiene cada uno?

Están marcados por estilos narrativos diferentes. Hay un mundo dentro del castillo que lo cuento con un estilo más fantasioso, más infantil, como de cuento de hadas, pues habla de una niña que crea un mundo inexistente para acompañarse a sí misma. Desarrollo de igual modo un estilo más crudo para dar cuenta de un pasado secuestro y de las adversidades de esta situación.

¿Espera que esta novela también sea llevada al cine?

No sabría. Cuando supe que llevarían al cine a Rosario Tijeras me sentí sorprendido. Escribo mis historias en términos literarios, sin pensar en la posibilidad de una adaptación. Hay gente con miradas más atentas que sabe si se puede o no adaptar una obra. Ellos dirán. Yo celebro las adaptaciones porque demuestran que entre el cine y la literatura hay un matrimonio saludable.

Se dice que su obra tiene influencia del cine de Tarantino y de los hermanos Cohen...

Me es difícil detectarla, pero son directores que admiro mucho. Aunque con esta historia quería alejarme de la violencia o, al menos, demostrar el lado torpe de la violencia.

La temática recuerda a ‘El laberinto del fauno’

Es un referente válido, al igual que La vida es bella (filme), historias que tienen personajes que recurren a la fantasía para proteger la vida en la adversidad.

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