La fotografía de desnudos en el arte contemporáneo mantiene su pulso. En esta era globalizada, las famosas sesiones masivas de Spencer Tunick, como el más sonado referente, siguen influyendo para alterar esa mirada prejuiciosa de la sociedad.

Según la columnista Isla Suárez, de Architectural Digest, los artistas que se acercan al género del desnudo ya no tienen una visión sensualista, ahora es interrogativa.

“Es como si la mera visión de algo cotidiano como el cuerpo se hubiera convertido, más que en algo erótico, en una experiencia compleja e inquietante”, opina.

Justamente eso es lo que plantea el fotógrafo y actor performántico, Jeff Castro, en el libro Mírame - Pseudo Antología del Desnudo Fotográfico en Guayaquil. Un trabajo avalado por Sociedad Anómica y Teatro Bajo el Lente y que fue presentado el pasado jueves 21 de noviembre de 2019, en Pop Up de Urdesa.

En el patio de este espacio de artes escénicas se pueden apreciar trabajos pertenecientes a 15 fotógrafos que participan con la temática del desnudo, pero desde distintas perspectivas.

“La importancia de realizar este libro radica en la carencia de un archivo histórico de fotografías sobre desnudos, muy escaso y precario en Guayaquil”, cuenta Castro como el curador y realizador de este proyecto que invita a la reflexión.

Esta memoria cuenta con fotos y opiniones de Bruno Bacigalupo, Winny Sarmiento, Wlado, Kbto, Javier Paz, Kenneth Carrera, Linda López, Daniel Saltos, Bernardo Cuesta, Nabila Alvarado, Jean Pierre, Omar Sotomayor, Sebastián Nero, José Miguel Serrano, Pedro Freire y Ricardo Tay Lee.

Estos creadores tienen distintas trayectorias. A partir de diversas aproximaciones y estéticas han explorado al desnudo, en algunos casos, con visión retórica, en otros, por simple curiosidad.

Pocas fotógrafas de desnudos
Eduardo Vélez es el segundo curador de esta memoria y junto con Castro pudieron sacar algunas conclusiones de interés en torno a la gráfica de desnudos a nivel local.

Una de estas fue evidenciar que de 15 trabajos, 12 le pertenecen a hombres y 3 son de mujeres. Mientras que de las 45 fotos del libro, 4 retratan desnudos masculinos y 41 son femeninos.

“La idea es problematizar eso. Cuestionarlo. No solo darnos palmaditas en los hombros por las buenas fotos que hacemos sino más bien decir qué está pasando, por qué hacemos este tipo de fotos con una mirada patriarcal”, cuestiona Castro.

“El desnudo en este campo artístico trata de comunicar, no como el de la pornografía que pretende provocar placer. Con mi obra quise generar la sensación de lo que nos gustaría hacer y no podemos”, explica la videógrafa y fotógrafa Winny Sarmiento.

Participa con una imagen de dos mujeres desnudas meciéndose en un columpio. A esta obra la llamó “Libertad” porque simulan estar “totalmente libres de culpa, de ninguna preocupación”, indica.

La artista se ha especializado en este género al que lo aborda con una mirada inclusiva para mostrar temas sensibles, en el campo psicológico. Ella apela a ese rechazo de la sociedad ante un cuerpo o imagen diferente por distintos conceptos semióticos.

En cambio, Omar Sotomayor no se dedica a esta línea ni le interesa. Pero guarda algunas fotos que ha intentado subir en la red de Instagram y por las cuales le han cerrado la cuenta seis veces.

“Lo que yo he buscado haciendo desnudos es la espontaneidad y un poco de realidad para sacar a la gente de la pose”, dice este artista que captura lo casual en sesiones que prefiere trabajar con conocidas y amigas, y no con modelos profesionales.

Sotomayor no gusta de exponer a la mujer en un plano sensual; plantea una situación que la distinga de su entorno habitual y natural. “Espero que el espectador se imagine el resto”.

La galería gráfica estará vigente hasta el 3 de diciembre, en Pop Up (Circunvalación y Ébanos). De martes a jueves, de 18:30 y viernes, sábados y domingos desde las 18:00. (I)