Fotógrafos buscaron el mejor ángulo de la luna de sangre
Mientras China planea enviar una luna artificial al espacio en 2020, el único satélite natural de la Tierra volvió a conmover la mirada de aficionados con un eclipse de una superluna y una luna de sangre.
Fotógrafos de todo el mundo se lanzaron a capturar el instante desde los mejores ángulos posibles, en combinación con piezas arquitectónicas que simulan que la luna se posa sobre ellas; o en cuadros de distintos instantes del eclipse lunar.
Después de las dos de la mañana del pasado 20 de enero la luna cambió de color, se puso en un espiral rojizo.
Los científicos explican que esto sucede porque durante estos fenómenos la atmósfera refracta luz solar hacia dentro del cono de sombra que esconde la Luna y dada la cualidad de esa luz (“que corresponde a las longitudes de onda de rojo y el naranja”) lo que se ve es una extraña circunferencia como de fuego.
El fenómeno, de acuerdo con el Observatorio Astronómico de Quito pudo verse en todo Ecuador y en el resto del continente americano, con una duración de cinco horas.
Científicos consideran que este fenómeno no se volvería a repetir hasta junio de 2021.
El color rojo mortecino que tiñe al satélite terrestre es un efecto óptico que se produce cuando nuestro planeta se interpone entre el Sol y la Luna y esta se sitúa en la zona más oscura de sombra de la Tierra.
En ese momento se dio un eclipse lunar total, un poco de luz solar se refractó por la atmósfera terrestre y llegó a la Luna bordeando la Tierra.
Este eclipse ocurrió cerca del perigeo de la Luna, el punto de su órbita cuando está más cerca del planeta. Esto significa que el satélite se verá ligeramente más brillante y más grande de lo normal, un evento conocido como “superluna”.
El fenómeno se vio en su totalidad desde el continente americano, así como desde las regiones occidentales de Europa y en el noroeste de África. (I)