El octavo Foro Mundial de la Bicicleta tuvo entre sus invitados a Leonardo Fuks, quien dirige la Cyclophonica (Orquesta de Câmara de Bicicletas) en Río de Janeiro.

El músico y ciclista volvió a Ecuador tres décadas después de que se desempeñara como ingeniero petrolero en la Amazonía. Lo recordó luego de afinar una trompeta negra en La Mariscal.

La banda Cyclophonica ha cumplido 19 años en escenarios de Brasil (calles, teatros y centros culturales) y agrupa a una decena de músicos itinerantes. En Quito, Fuks se unió a otro par de artistas ecuatorianos durante el encuentro.

El foro ciclístico reunió a tres mil personas de 25 países para hablar sobre movilidad sostenible hasta el domingo último.

Hubo 43 actividades culturales, 21 intervenciones urbanas, un concierto en el barrio La Floresta, nueve talleres, seis charlas magistrales y 150 ponencias sobre movilidad inclusiva.

La tarde del pasado viernes 26 de abril, después de una lluvia interrumpida por el sol, una decena de percusionistas de la Orquesta Sinfónica Juvenil se sumó para apoyar la iniciativa, en los jardines de la Mutualista Pichincha (centro-norte).

El repertorio elegido por Fuks -e interpretado sobre ruedas por estos voluntarios y un par de artistas callejeros- incluyó piezas como “El bolero de Ravel”, “Himno a la alegría”, “El cóndor pasa” y “La cucaracha”.

El sector de La Mariscal es riesgoso para la bicicleta pese a ser plano, indicó Mónica Moreira, vicepresidenta de la Fundación Bienestar. La convivencia entre ciclistas, conductores y peatones es parte del plan de la Mutualista, que apadrina en Quito el programa ODS 11 (Objetivos de Desarrollo Sostenible).

“Este evento reúne a músicos, feministas, activistas culturales y de la bici”, le contó Sofía de la Torre, de las Comisiones Urbanas del foro, a EL TELÉGRAFO. “Es una forma de visibilidad pacífica y con tono de fiesta”.

En 2020 el foro será en Nepal y el siguiente se elegirá a través de una asamblea. Bogotá es una de las ciudades candidatas. (I)