Jacob Ormaza, concertino de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Guayaquil, revela que  será un honor personal formar parte del Concierto de Fraternidad e Integración Juvenil que ofrecerá mañana su conjunto con la agrupación Cuen-K Ensamble. Sus expectativas son grandes porque vienen compañeros de él que tocan en el elenco cuencano, su director William Vergara con quien ha tenido la oportunidad de tocar –hace una semana compartieron escenario, Ormaza en calidad de solista-  y por la visita del maestro japonés Tadashi Maeda, el solista de una de las 3 piezas del repertorio de mañana, que fue su profesor.

Para el joven violinista la orquesta local se ha desarrollado desde que comenzó en abril de 2010, ya que mediante una gira nacional a inicios de este año se consolidaron muchas ideas para seguir creciendo a buen ritmo gracias a los buenos músicos que la integran; aspectos que  esperan demostrar en el Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro, mañana, desde las 18:30.

En cuanto al repertorio, Ormaza reconoce su calidad estética y dificultad, pero no lo ve imposible porque incluye una de las obras más complicadas para violín que es el Concierto para Violín y Orquesta de Félix Mendelssohn, en el que Maeda será solista, y la Marcha Eslava de Piotr Ilitch Tschaikovsky, que es su compositor favorito esta vez representado por una obra que tiene aspectos técnicos muy difíciles para la orquesta, pero que han logrado consolidar para un buena presentación mañana.

La flautista Cristina Pazmiño siente que aún tiene mucho que aprender de los integrantes de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Guayaquil, a la que se integró hace medio año, porque ellos tocan muy bien y aspira a alcanzar su nivel.

Reconoce que las partituras se vuelven más complejas al cambiar de una orquesta infantil a una filarmónica, porque la dificultad es que obliga a superar a todos  los músicos con su instrumento, en sonido y trabajo musical. Para ella los vientos pueden ser la sección principal de una orquesta porque la dota de más sonido y de ese algo más dulce.

El director del conjunto local, Patricio Jaramillo, explica que el concierto de mañana surge de la buena relación con el director de Cuen-K Ensamble, el violinista William Vergara, amistad que viene desde hace algunos años, en los que ambos han  tocado o dirigido el conjunto del otro. A ese vínculo de cooperación mutua musicalmente se le debe la concreción del concierto de mañana, ya que un ensamble se dirigirá a la tierra del otro y empezó con la llegada del grupo cuencano a Guayaquil, a la que se suma la posible colaboración de las orquestas de jóvenes y amantes de la enseñanza de Maeda, quien regresó a Ecuador en el año 2010.

Cuenca, Guayaquil y Japón se entrelazan en este concierto para el cual  el maestro japonés tomó la iniciativa de pedir ser solista en el concierto de Mendelssohn y los conjuntos cuencano y guayaquileño interpretarán juntos la chispeante y brillante Marcha Eslava, el Danzón de Márquez -una obra latinoamericana- y el cierre especial del programa con la compleja El Bolero de Ravel.

Jaramillo añade que su orquesta sigue sumando apoyos y esta vez cuenta con el de la Subsecretaría de Cultura Región Centro Norte y de Galápagos y de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil para utilizar el Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro. La entrada al concierto será gratuita.