El XIV Festival del Requinto se realizará este viernes 29 de noviembre de 2019 en la Casa de la Música de Quito, a las 20:00.

Víctor Armijos, quien es intérprete de este instrumento y gestor cultural, señaló a este diario que entre los invitados están además Anderson Burbano (Colombia); Rafael Minga (Loja); Mario Andrés Gutiérrez (Santa Elena); Julio Espinosa (Ibarra).

También participan en el respaldo musical dos guitarras, Eduardo Herrería y Alfredo Amaguiña. En el bajo, David Boada y en la percusión, Santiago Farfán.

Armijos indicó que durante 14 convocatorias este festival ha reunido a los mejores requintistas de Ecuador y de otros países, con gran aceptación en el público.

“El Festival del Requinto viene siendo como una ventana de difusión de los músicos que interpretan el instrumento, para darse a conocer y demostrar su talento y maestría”, indicó.

El evento, sin embargo no es competitivo ni otorga un premio. En el programa, los músicos escogen su repertorio. “Se deja una especie de libertad para que cada uno en determinado tiempo toque su repertorio seleccionado”.

Infaltable en la música ecuatoriana

Según Armijos, no se puede decir que en Ecuador exista una escuela ecuatoriana del requinto, pero es un instrumento infaltable en las agrupaciones que interpretan música ecuatoriana.

Se estima que este instrumento aparece en Portugal. En América se le atribuye su difusión a Alfredo Gil, del trío Los Panchos. En Ecuador, algunos luthiers han comenzado a fabricar requintos.

Es una guitarra más pequeña de cuatro cuerdas. Su afinación es más aguda. En la guitarra se afina la primera cuerda en la nota mi, mientras en el requinto se hace en la.

En Ecuador fue introducido el requinto aproximadamente por los años 60 y atribuye a sus iniciadores en el país a Guillermo Rodríguez, del trío Los Panchos; a Homero Hidrovo del cuarteto Los Brillantes (posteriormente el trío de igual nombre) y a Rosalino Quintero, quien acompañó a Julio Jaramillo.

Aunque su enseñanza no aparece en el sistema de educación, varios maestros se dedican a preparar a los jóvenes en este instrumento.

Armijos dice que cuando uno escucha una grabación y no está incluido el requinto, es “como si le faltara algo” en la interpretación.

En su caso, comenzó a tocarlo cuanto tenía unos 14 o 15 años y desde entonces no ha dejado de hacerlo. (I)