Felipe Jácome retrata el universo infantil del manglar
En la frontera de Ecuador con Colombia sobrevive una de las últimas reservas de manglar del país y uno de los más altos del mundo, el Cayapas Mataje. Al interior del ecosistema se filtran las pequeñas manos de niños que se dedican a conchar. Tras ellos va Felipe Jácome para fotografiar su trabajo convertido en juego en una serie que llama Los reyes del manglar.
“Uno se refugia en el estado imperativo de que ciertas cosas tienen que ser documentadas para poder existir; para no pasar desapercibidas entre tanto ruido”, responde Jácome a la curadora de esta serie, la mexicana Diana Murray Watts, sobre el origen del valor de una fotografía.
En 2008, Jácome inició su travesía por el manglar guiado por la curiosidad. Entonces llevaba dos años recorriendo los alrededores de esa parte de la frontera ecuatoriana, como fotógrafo del Alto Comisionado de Refugiados de la ONU.
Jácome se concentra en el trabajo de los niños, a pesar de que se produce en convivencia con hombres dedicados a pescar, y mujeres que también recogen conchas.
Las vulnerabilidades de los niños en el ecosistema son no tener una educación, no poder hacer bien sus tareas, pero más que una denuncia sobre el trabajo infantil, el documentalista plantea una exploración visual del lugar con sus contrastes representados en blanco y negro.
“He querido mostrar lo duro que es el lado de la infancia y el de la inocencia”, dice Jácome.
El nombre del proyecto alude al libro Lord of the Flies, de William Golding. Este aborda la historia de un grupo de niños que tienen un accidente y terminan viviendo solos. Jácome hace un paralelismo con esta historia.
La decisión del uso de blanco y negro, como en todo el trabajo de Jácome, tiene que ver con el juego que hace con una gama de grises, además de considerar que dentro del manglar no hay tantos colores.
Esta exploración se inaugura hoy, a las 11:00, en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito. La entrada es gratuita. (I)