Falleció el pintor Guillermo Muriel
El pintor riobambeño Guillermo Muriel falleció ayer a los 89 años, en Quito.
Muriel perteneció a la generación de grandes referentes del arte nacional como Enrique Tábara y Luis Molinari. Fue docente de la Escuela de Bellas Artes, formó a varios dibujantes y pintores y fue uno de los fundadores del grupo Vanguardia Artística Nacional (VAN), con el que marcó una ruptura en la escena artística de Ecuador en la década del sesenta. En 1945 ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Quito, donde emprendió su carrera artística.
El 5 de junio pasado, su hijos Belém y Álvaro, junto al curador Stéphen Rostein, presentaron la muestra Vivir para pintar, una retrospectiva que recogió más de 500 obras del artista. Incluyó acrílicos, óleos, ilustraciones en tinta, entre otros. La muestra revivió 70 años de la historia del artista.
Según el crítico de arte y académico Manuel Mejía, el artista riobambeño fue un hombre “de expresivo temperamento. Su obra -abundante en producción, pero limitada en difusión- es una de las que más méritos ofrecen para ser analizadas y consideradas por lo que significan”.
“He pintado la vida que me tocó vivir”, solía asegurar Muriel, quien a pesar de ser prolífico para pintar era reacio a mostrar sus obras públicamente.
Sus pinturas y dibujos se enmarcan en el expresionismo social y retratan la cotidianidad de la sierra ecuatoriana, los rasgos autóctonos y las costumbres de sus habitantes y sus coloridos paisajes.
La noticia se difundió por las redes sociales. El cineasta Juan Martín Cueva publicó la noticia, en Facebook, donde expresó la nota de pesar a los hijos del artista: Belém y Álvaro Muriel.
Si en algo coincidieron pintores y críticos de arte en el país fue en que Guillermo Muriel fue -además de talentoso- un artista prolífico que prefirió mantener su obra, la mayoría de veces, detrás del telón.
En el marco de esa misma exposición, Lenin Oña (crítico de arte y profesor de historia del arte) dijo que "la pintura de Guillermo Muriel es la afirmación más rotunda del expresionismo social en el Ecuador. Ha sido trabajada larga y meditadamente con una convicción a toda prueba, que se cimenta en un colorismo excepcional y un dibujo vigoroso y propio… Una somera mirada a decenas de dibujos y cuadros, me ratificó la certeza de que Muriel es un artista completo, a la manera renacentista: domina la línea y también el volumen y el espacio. Dibuja no solo con líneas sobre superficies. También dibuja mediante formas volumétricas".
Hace poco, su hijo Álvaro Muriel terminó el documental Las pasiones de Muriel, en honor a su padre.