Eurocine regresa al Auditorio Simón Bolívar con 35 filmes
Dos encuentros anteriores (los Edoc y la muestra de cine coreano) terminaron de calentar la sala múltiple del Centro Cultural “Libertador Simón Bolívar” de Guayaquil, que está ya con la temperatura adecuada y acoge desde el miércoles el festival de cine europeo “Eurocine 2012”, una muestra itinerante que recorre varios países de Latinoamérica.
La fiesta se inició a las 20:30, cuando Billy Navarrete, responsable en Guayaquil de OchoyMedio, empresa que está a cargo de la gestión de la sala, se dirigió brevemente a los asistentes para hablarles sobre la programación general.
Luego la oscuridad, solo iluminada por la pantalla que muestra un precario campo de refugiados en África. Con esta escena la danesa Susanne Bier abre su película “En un mundo mejor”, que en su parte anecdótica narra los conflictos de Antón, un médico que vive en Dinamarca pero labora en África; su hijo Elías, su mujer, y Christian, un muchacho que acaba de perder a su madre.
La directora plantea, dice al final de la proyección Raúl Castro, un cinéfilo impenitente como se autodefinió, las antípodas dentro de los integrantes de una misma sociedad; por un lado está el doctor, buena gente, claro heredero del pensamiento de los sesenta y setenta, pacifista, que pone la otra mejilla si alguien lo ataca, y por el otro, Christian, quien no vacila en arremeter contra alguien que lo agredió primero.
Las escenas que muestran aquello vertebran la trama que deja ver por sus intersticios lo que está al fondo: una sociedad del bienestar donde la violencia está a flor de piel, igual que en las comunidades pobres, donde quizá la violencia tiene alguna justificación, explica Raúl.
Pablo Maldonado, otro espectador, dice que no obstante la película cuenta una historia fuerte también habla de valores en su sentido literal y sin ambages, porque cuando termina todos han recuperado su centro y se han reconciliado entre sí.
Estos mensajes, que para muchos pueden ser positivos, podrían ser el lado flaco en una historia que tiene momentos altos, pero que desciende cuando se pone moralista, termina Pablo. “Pues a mí sí me gustó”, dice Rafaela Valencia, sobre todo al final cuando todos se perdonan, así deben ser las películas, positivas”.
Después de este comentario de Rafaela, uno creería que la realizadora puede sentirse satisfecha porque su obra ha logrado buen nivel de receptividad entre el público.
La directora de esta cinta, ganadora del Oscar y Globo de Oro, en el 2011, dijo en una entrevista que su película “explora las limitaciones con las que nos encontramos al intentar controlar la sociedad y nuestras vidas personales”.